Las conferencias que clausuraban la I Bienal de la Seu dedicada a dar a conocer y divulgar el estado del patrimonio eclesiástico valenciano reunió el pasado fin de semana a varios expertos. En esta primera bienal participaron la catedral de Valencia, de Segorbe, la Colegiata de Xàtiva, los monasterios de Santo Espíritu de Gilet y las Hermanas Pobres de Santa Clara de Gandía, y el museo de Arte Sacro de Orihuela. Por lo que refiere a instituciones académicas, se contó con la Universidad Católica San Vicente Mártir, el Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas, y el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración.

Jaime Sancho, director del museo de la Catedral de Valencia, habló de cómo éste se ha abierto a las nuevas tecnologías, de las nuevas piezas que se han restaurado y que se están mostrando por primera vez al público, como tallas renacentistas, retablos, cuadros, pergaminos o libros de coro, y cómo todo este patrimonio se está dando a conocer al mundo gracias a las redes sociales, que permiten que hayan realizado más visitas virtuales que presenciales. Ferran Castelló, investigador y doctorando en Historia del Arte, analizó los relicarios depositados en la catedral, con especial atención a los donados por Alfonso V. Juan Francisco Morales, técnico del archivo. Recordó la ardua labor del canónigo Roque Chabás en la catalogación del archivo, cuyo índice de clasificación en forma de pergaminos, papel, códices y numeración correlativa, sigue teniendo plena vigencia. Por último, el profesor de la UPV Luis Cortés se refirió al intento de renovación neoclásica llevada a cabo por los arquitectos Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez, en el período que va desde 1769 a 1831, sobre un sustrato gótico, etapa considerada como un hito del academicismo valenciano neoclásico.

Por la Catedral de Segorbe, Magín Arroyas, técnico del archivo de fondos musicales; David Montolín, director del museo; y Vicente Martínez, especialista en músicos catedralicios locales, dieron detalles de la ardua tarea de recuperación de todo su patrimonio tras ser incautado el edificio durante la Guerra Civil, y de cómo se fue conformando su actual museo y archivo hasta su situación actual, no exenta tampoco de tribulaciones ante la falta de presupuesto.

Por la Colegiata de Xàtiva, participaron los ceramistas Mercedes González y Javier Jordá analizaron la comercialización de las fábricas azulejeras setabenses, a través de la labor llevada cabo por el artesano Marcos Antonio Disdier y el canónigo de la Seu Miguel de Lobera. Por los que se refiere a los monasterios, Alberto Marín, bibliotecario y gestor cultural del Santo Espíritu de Gilet, habló de la historia de éste, desde su fundación en 1402, hasta su realidad actual.