El temporal de lluvias que sacude a las comarcas de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida desde el domingo era esperado con los brazos abiertos por el sector agrario. Además de recargar los acuíferos y aliviar la situación crítica por la que atraviesan muchos pozos „disparando los costes para el agricultor„, el secretario de La Unió de Llauradors en la Costera, Julián Úbeda, expone que las precipitaciones serán «muy beneficiosas» para la mayoría de cultivos, especialmente en las zonas de secano como Vallada, La Font o Moixent.

Úbeda asegura que un episodio de lluvias así «no se veía desde hacía cuatro años» y «hacía mucha falta» en los campos de olivos, frutales y viñedos. El prolongado estrés hídrico soportado por los árboles hacía peligrar las próximas campañas, tal como vienen alertando los productores.

Sin embargo, como siempre, nunca llueve a gusto de todos. El temporal puede tener un efecto pernicioso en plena temporada de recolección de cítricos y caquis. En el área de Xàtiva y alrededores, el secretario de La Unió prevé «un desastre» y pérdidas de hasta el 100% en los campos de clemenules y mandarinas aún por coger, como consecuencia del llamado pitxat o aiguat, dado que las persistentes lluvias se suman a la elevada humedad de las últimas semanas. En la primeras variedades recolectadas, como la okitsu, las pérdidas alcanzarían el 80%. En el caso de la navelina, peligraría el 50% de la cosecha. «Podrá recolectarse para la industria, pero no es lo mismo que el consumo fresco», apunta Úbeda. Igualmente, las precipitacones pueden causar daños del 100% a los caquis que no estén tratados. «Si continúa lloviendo mucho a lo largo de mañana (por hoy) puede ser un problema», añade. Otra consecuencia es el retraso de la recolección de la oliva, en una campaña que debía terminar pronto por la escasa cosecha de este año. En la Canal y la Costera, muchos campos agrícolas han resultado inundados por las fuertes lluvias y aún se tienen que evaluar los daños.