La presa proyectada en el río Sellent para prevenir inundaciones no es la única obra prioritaria en materia fluvial que el Gobierno mantiene aparcada en las comarcas de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida. El Plan Hidrológico de cuenca 2015-2021 diseñado por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) relega hasta 2022 una inversión de más de 10 millones de euros destinada a la regeneración de los ríos Clariano, Micena, Cànyoles, Barxeta-Albaida, Sellent y Grande. La actuación principal definida en el documento consiste en la mejora de la continuidad longitudinal de estos lechos, fuertemente alterada por la presencia de azudes y otras barreras derivadas de la mano del hombre que han provocado cambios hidrológicos y morfológicos en los cauces, con el consecuente deterioro del estado biológico de las aguas y del hábitat de la fauna piscícola.

El Plan también contempla la restauración de la vegetación de ribera de los ríos. En última instancia, el propósito de ambas medidas es el mismo: que estas masas superficiales alcancen los objetivos medioambientales marcados a nivel estatal, hoy incumplidos.

El calendario de prioridades trazado por la CHJ incluye primero una inversión de 4,5 millones de euros para mejorar la conectividad del sistema fluvial compuesto por los ríos Cànyoles, Micena y Barxeta-Albaida. Las obras darían comienzo en 2022 y se alargarían hasta 2023. Un año más tarde „según las previsiones del organismo de cuenca„ la misma actuación se desplegaría en los ríos Sellent (con un presupuesto de 801.737 euros) y Grande (389.760 euros), que atraviesan la Canal.

La CHJ está elaborando un programa de actuaciones en azudes con la misión de asegurar la continuidad de los ríos en aquellos puntos donde se observan poblaciones de peces en peligro. La entidad ha escogido aquellos tramos en los que los indicadores biológicos son negativos y la densidad de barreras infranqueables elevada, teniendo en cuenta los análisis efectuados por la ONG AEMS. Este plan proyecta la demolición de azudes en desuso y la permeabilización de aquellos que sí se utilizan, allí donde la fauna piscícola presenta un mal estado de conservación. En el ámbito del río Sellent, que registra una elevada presión hidromorfológica, la CHJ contempla la ejecución de sistemas de franqueo „aún por concretar„en los azudes del Salto de Chella, el Gorgo de la Escalera de Anna, Las Fuentes o Casa Colomer que permitan a los peces salvar las discontinuidades y obstáculos existentes, teniendo en cuenta los usos de cada azud a la hora de «minimizar efectos adversos».

El Plan Hidrológico también incluye 14 obras de restauración y mejora de la vegetación de ribera en la demarcación del Júcar, muy demandadas por los municipios. Una de ellas, aplazada hasta 2024, se focaliza en los ríos Cànyoles, Micena y Barxeta-Albaida, con un coste de 5 millones de euros.

El mismo documento deja para 2022 una inversión de 15 millones consistente en la modernización de pequeños cultivos de regadío y redes de distribución en la Canal y la Costera para mejorar la eficiencia en el consumo de agua.

Mal estado de conservación

Los indicadores de la CHJ revelan que los principales ríos de las comarcas presentan un estado de conservación «desfavorable». El Plan Hidrológico establece medidas para combatir los excesos de nitratos, mercurio y otros componentes presentes en el Cànyoles, el Sellent y el Albaida, pero sitúa a 10 años vista „en 2027„ el horizonte previsto para erradicar los vertidos y que estos lechos alcancen un estadio ecológico adecuado.