Cuatro de cada cinco municipios inscritos dentro del ámbito geográfico de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida perdieron habitantes en 2015. La sangría demográfica que acosa desde 2011 al territorio ha dejado un nuevo reguero de bajas en el padrón. La última actualización del Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de enero de 2016 contabiliza 1.318 residentes menos en las tres comarcas que un año atrás. En términos porcentuales, el bajón es mayor que el experimentado en el conjunto de la Comunitat Valenciana, donde la media del descenso poblacional se sitúa en el 0,42%.

La despoblación continúa siendo un fenómeno imparable y ha vuelto a sacudir a 48 de los 61 los municipios de las tres comarcas. Tan solo una decena de localidades se salva de la senda decreciente y registra un incremento en el número de empadronados. En otras tres poblaciones, la cifra se mantiene exactamente igual que al inicio de 2015. La pérdida de habitantes, en cambio, se acentúa en 34 poblaciones cuyo balance negativo supera el promedio autonómico.

Benigànim es el municipio con más bajas en el padrón (208), seguido de Moixent (149) y Xàtiva (122). La capital de la Costera cae por debajo de los 29.000 habitantes inscritos (28.973) y se aleja de los 30.000, dato que llegó a rozar hace un lustro. Por el contrario, Canals encabeza el listado de localidades que crecen en número de vecinos (147) en un contexto adverso, seguido muy de lejos por Alfarrasí (27) y Aielo de Malferit (19). Las grandes variaciones, en cualquier caso, cabe examinarlas con cautela, puesto que suelen estar relacionadas con los movimientos de altas y bajas en el padrón de inmigrantes. El INE ha reformulado la manera de contabilizar a los residentes extranjeros, muchos de los cuales no actualizan sus datos en el padrón y quedan fuera de las estadísticas oficiales. La omisión resulta relevante en los municipios donde habitan colonias importantes de vecinos procedentes de otros países.

La Canal de Navarrés es la sexta comarca de la Comunitat Valenciana que más población pierde en términos porcentuales (un 1,6 %), con 266 habitantes menos. Los 16.236 residentes reflejados en la última estadística representan la cifra más baja desde el año 2000, fruto de sucesivos y bruscos descensos demográficos encadenados que han hecho desaparecer del mapa a 1.814 vecinos en cuestión de cinco años. La tendencia negativa se repite en todos los municipios de la Canal, aunque Chella es la localidad más aquejada: en dos años su población ha menguado un 6 %. Solo en 2015 bajó en 74 empadronados.

En la Costera, el padrón ha retrocedido a niveles de 2006. Esta comarca perdió 431 vecinos en 2015 (un descenso del 0,6 %) y contabiliza 72.149 residentes. De la sangría solo se libran cinco localidades: Canals, Cerdà, Estubeny, Vallés y la Granja de la Costera. A 1 de enero de 2016, en la Vall d'Albaida constan en los registros oficiales 88.956 habitantes, 621 menos que un año antes, tras una bajada del 0,7 % que se suma a la pérdida de otros 700 vecinos en 2014. En esta comarca, otra de las más afectadas por el coma demográfico, la estadística de residentes ha regresado al año 2004. De las 34 poblaciones del territorio, la cifra de vecinos aumenta o se mantiene en Aielo de Malferit, Bèlgida, Bufali, Montaverner, la Pobla del Duc, Ràfol de Salem, Rugat y Salem. En Ontinyent se contabilizan 87 habitantes menos, una bajada del 0,2 %, ligeramente inferior a la media autonómica.

Una bajada superior a la de 2014

El desplome en picado de la natalidad, la marcha de muchos inmigrantes y jóvenes a otras zonas, el envejecimiento poblacional y la crisis de los sectores tradicionales, que constituyen la piedra angular de la economía local, han provocado un estancamiento demográfico que se ha afianzado desde 2011. En cinco años, las tres comarcas han perdido 9.168 habitantes y la tendencia no muestra indicios de revertirse. El retroceso del padrón ha sido más intenso en 2015 que en 2014, cuando el territorio perdió 1.178 habitantes y 20 pueblos crecieron en residentes. En el último año solo 10 caminaron por esta última senda.