Rotllets del miracle, baghrir marroquíes, cupcakes ingleses y empolvados chilenos. Los alumnos del CEIP Rafael Juan Vidal de Ontinyent solían disfrutar de estas recetas en familia hasta que llegó el esmorzar intercultural, una tradición que invita a los pequeños a «comerse el mundo» mientras comparten los dulces elaborados junto a sus padres y madres, los maestros y hasta las limpiadoras y cocineras del centro. El escaparate gastronómico que proyecta esta cita cada año está retratado en Dolços del món a l'escola, un libro multicultural de recetas —capturadas por la cámara del reconocido fotógrafo Xavier Mollà— que endulzó el 50 aniversario de la escuela, en 2014, y que este año lanza una tercera edición patrocinada por la Diputación de Valencia.

El entorno del centro pensó en «lo más dulce del barrio de Sant Rafel», sus niños y niñas, que provienen en su mayoría de países como Marruecos, Rumanía, Inglaterra, China, Ucrania o Bulgaria, para hacer realidad esta publicación, premiada por los Gourmand and World Cookbook Awards como el mejor libro de cocina del mundo en el aspecto social y el tercero mejor mundial en la categoría de pastas. «La comunidad educativa se volcó con esta idea y empezaron a presentar recetas, que se fueron probando y de las que seleccionamos 22», relata Joan Mira, el director del Rafael Juan Vidal. El resultado es una colección de recetas de diferentes culturas y de la comarca de La Vall d'Albaida que comparten tanto ingredientes como resultados deliciosos. La colaboración del profesorado, el personal no docente y los padres y madres, que también protagonizan las páginas del libro, fue clave para editarlo y también para convertir el almuerzo en una tradición plenamente arraigada en la cultura del centro que, como muchos otros, es un reflejo a escala de la sociedad española por su multiculturalidad.

Se entregará a 1.300 colegios

Para el fotógrafo Xavier Mollà, Dolços del món a l'escola expresa la «idea brillante» de unir nacionalidades a través de la gastronomía y los dulces. Y los pequeños chefs lo corroboran: para Marwa Tahri, marroquí, lo más divertido fue cocinar «todos juntos» y compartir los dulces, mientras que Rubén Revert, español, valora haberlo pasado «bien con los amigos» a la vez que «cada uno aportaba una comida». De todo se disfruta, como explica Felicity Roses, inglesa: «No me gusta cocinar, pero me gusta comérmelo». La publicación se hará llegar a todos los municipios de la provincia de Valencia y a sus más de 1.300 centros educativos.