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Xàtiva

Los bolardos del Mercat resucitan el conflicto con los vendedores ambulantes

La actuación despierta el rechazo unánime de los comerciantes del mercado de Xàtiva por la «falta de información» y la reubicación de paradas

Los bolardos del Mercat resucitan el conflicto con los vendedores ambulantes

Los bolardos que rodean desde hace dos semanas el perímetro de la plaza del Mercat han vuelto a aflorar el descontento de los vendedores ambulantes del mercado con el ayuntamiento. A primera hora de la mañana de ayer se vivieron situaciones de conflicto que condujeron a la Policía Local a mediar para templar los ánimos.

Los obstáculos instalados en el enclave obligaron a diversos comerciantes a abandonar sus puestos asignados para ser reubicados, aunque algunos de ellos se negaron a seguir las indicaciones y se mantuvieron en las paradas de costumbre. Entre los mercaderes, la opinión es unánime: se quejan de la falta de información por parte del consistorio y de las dificultades con las que se han topado para acceder a la plaza y descargar el género que transportan en sus vehículos. Miguel, vendedor en un puesto de colchas y almohadas, asegura que cuando llegó por la mañana tuvo que pedir a la Policía que retiraran un bolardo desmontable junto a su parada, en Matilde Ridocci, para poder montar. «Me han dicho que me moviera de sitio, pero no he querido porque es el puesto que tengo asignado. Han llenado todo de bolardos y no dejan espacio para entrar: tendría que haber más espacio para acceder», critica. «Tampoco pedimos mucho: el problema es que quien ha decidido esto no ha hablado con nosotros, no ha bajado a la calle a consultarnos», opina.

La obra de peatonalización está inacabada, a falta de colocar una serie de bancos de mármol en el perímetro del Mercat que se alternarán con los bolardos para impedir el paso. Javier, dueño de un puesto en el extremo de la Posada del Pescado, considera que estos elementos agravarán los problemas, al reducir aún más el espacio. «Los camiones no tienen margen para maniobrar. La carga y descarga es un gran problema. Va a ser un caos y habrá broncas», vaticina. El comerciante no se opone a que la plaza sea peatonal, pero considera que la distribución de los pilones podría haber sido «más adecuada». «Una cosa es la estética de la plaza y otra los servicios que se dan. No han pensado en el mercado para nada y el resultado es un despropósito», sostiene.

«Nadie nos ha notificado nada y, al llegar, nos han cambiado de sitio a la fuerza. Solo nos tienen en cuenta para cobrar: parece que actúen para fastidiarnos», apunta indignado Ignacio,un zapatero que lleva montando 30 años en el mercado. «Deberían facilitar las cosas y no complicarlas», observa Santiago, dueño de un puesto de ropa que también apunta a la peligrosidad para los peatones de la base de los pilones retráctiles. Ante este escenario, prácticamente todos los ambulantes del Mercat consultados coinciden en lo mismo: piden ser reubicados en la Albereda.

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