Esta semana la nevada noticiosa caída por estos pagos „además de la climática„ se ha llamado Fitur. La bandera ferial la han llevado estandartes de la Mancomunitat de la Vall d'Albaida y del Ayuntamiento de Ontinyent. Precisamente el reclamo más ostentoso venía de los del gobierno ontinyentí, que anunciaban para hoy sábado una expedición de 100 personas para el desfile de Moros i Cristians en Ifema. Una propuesta para el turismo ontinyentí, la de este año, con visos „a la vista de la falta de indicadores, baremos o informes de rigor que la acrediten„ que sigue pautas de un costumbrismo político muy reciente que antes criticaban y que ahora caen en él. Pero que anda desprovista de cifras que acrediten la fanfarria. Toda la suerte de la inversión pública en el evento y sus posibles réditos son una incógnita, pues esta sigue siendo la fecha en que se desconoce si la celebración de las fiestas de moros y cristianos tiene o no una repercusión económica positiva en sectores como la hostelería o el comercio. Sería la prueba que justificase la inversión en personal y en presupuesto público.
Asimismo, las fuentes municipales también hablan de otros encantos, dícese de los «culturales, paisajísticos, industriales y gastronómicos». La verdad es que, comparativamente, en una feria internacional, la oferta que se lleva aún deja mucho que desear. Así, los valores industriales carecen de un punto de exposición y venta o recorrido concreto que comercialmente aglutine todo lo que se produce en la ciudad y al que el presumible turista pueda acudir. La gastronomía tampoco está bien señalizada y la información, acerca de la misma, es más bien deficitaria respecto a horarios, precios, calidades o enclave. Y en cuanto a sus valores culturales, en general, no pasan de lo discreto. Otro tanto en lo patrimonial así como en la oferta museística. Y respecto a esa oferta de ocio o cultura, que no está claro dónde termina un concepto y empieza el otro, que clama el gobierno ontinyentí, sus homólogos de Xàtiva les daban esta semana sopas con onda al presentar un envidiable cartel para el XX Festival de Nits al Castell del próximo verano con estos nombres: Estrella Morente, Iván Ferreiro, Sílvia Pérez Cruz y Manel.
Al amparo, como los de Ontinyent, de la aún vigente diputación provincial, la mancomunidad de la Vall extendía sus bártulos estrenando marca turística además de 60 ofertas en dicha feria. Todo confiado a esa suerte de eslogan lanzado por su presidente, Vicent Gomar, de que «somos una comarca única a descubrir» más sustentado en ilusiones que no en realidades, añadimos.
El repugnante acercamiento al PP de l'Olleria. La falta de trellat parece volver a soplar entre las frágiles fuerzas progresistas que conviven en l'Olleria. Que el PP reúna a sus afiliados para debatir una propuesta de gobierno del PSPV, como apunta este diario, es gravísimo. Es indignante para la mayoría de votantes progresistas que tanto Compromís como los socialistas sean incapaces de avenirse a acuerdos y consensos hasta el final del cuatrienio. El solo hecho de buscar un posible acuerdo con el partido que más ha erosionado la democracia en 40 años desacredita al grupo de Héctor Such.
