La polémica acompañó desde el principio a las obras de reurbanización de la calle Corretgeria, promovidas en 2006 por el ejecutivo de Alfonso Rus. Durante los trabajos, los vecinos protestaron por los continuos retrasos, el incumplimiento de los plazos de ejecución, la falta de previsión y las molestias ocasionadas para circular por este eje neurálgico del casco antiguo, donde la mayoría de residentes tienen una avanzada edad. A finales de 2006, el entonces concejal socialista Rafael Llorens, tildó la intervención de «despropósito» y vaticinó que «daría muchos problemas». Una vez terminadas las obras, las primeras lluvias provocaron inundaciones en diversas viviendas como consecuencia de la plataforma única diseñada, sin apenas diferencia entre la acera y la calzada. La tipología rugosa del adoquín de Corretgeria, además, impide desde hace años a los tres pasos motorizados de la Semana Santa procesionar por la calle.