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El textil y el futuro

Hay semanas en las que el panorama informativo, a falta de temas sobresalientes, está sembrado de pequeñas ráfagas y conatos que, en conjunto, suman en el contexto de un calendario progresivo. Una muestra ha sido la jornada organizada por ATEVAL e IVACE, destinada al empresariado textil, con miras netamente de futuro, como se colige del nombr: Industria 4.0 aplicada a la empresa. La guinda fue la firma de un convenio de colaboración para el fomento de la industria entre las empresas Mesbook y Grupo Innova. Jornadas de estas características sirven para poner en valor y adentrarse en los nuevos conceptos que iluminaran el futuro del sector textil, caso de la digitalización. Otro cantar es el pistoletazo de salida de un anacronismo llamado Mig Any Fester, que tenía lugar con la presentación del boletín informativo, que marca el inicio de los actos que evocan la fiesta de Moros y Cristianos del mes de agosto. Es una conmemoración que como recordaba uno de sus impulsores, Antonio J. Lacueva, se adoptó allá por la década de los 70 y que viene a ser una recreación o imitación de la alcoiana. Pero que mas allá de compartir una comida o una cena entre amigos o amigas de comparsa, poco o nada aporta como celebración a la mayoría de la población no adscrita a ninguna comparsa. Lo que no es impedimento para qué el ayuntamiento ontinyentí se sume a los restringidos fastos, no se sabe bien si a cuenta de la foto de turno, con la que justifique los pocos o muchos cacaus públicos que ponga para la cuchipanda. Y eso que las fechas invernales dan pie a que se programaran actividades con más lucidez y reservar lo lúdico, como es obvio, para agosto. Lamentablemente no son esas las prioridades.

Efectos pluviales. Unas lluvias desacostumbradas como las que cayeron sobre Ontinyent el pasado 19 de diciembre, originan desastres imprevisibles. Sin embargo hay pérdidas que, presumiblemente, tienen responsables humanos. Es el caso de un polémico badén construido ya hace años en la avenida del Almaig, donde como nos dice el acervo popular plou sobre mullat. La cosa tiene a los vecinos mosqueados, ya que dicha competencia, supervisión y ejecución municipal se realizó, a la vista de las nefastas consecuencias, sin las exigencias técnicas de rigor, y autorizada por el ingeniero de la Oficina Técnica que esa vez no debía tener su día. El resultado viene siendo calamitoso: cuando caen cuatro gotas de más, debido a que dicha avenida fue construida sobre un antiguo barranco por donde corrían las aguas cuando había temporal. Ahora discurren sobre el asfalto hasta que llegan al citado badén, donde al encontrarse con una suerte de muro, tuercen su dirección en busca de espacios más bajos.

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