Mª Teresa Fernández de la Vega regresó ayer a la ciudad de su infancia para intervenir en los actos de conmemoración del 40 aniversario de la refundación de la agrupación socialista de Xàtiva. Y lo hizo coincidiendo con el décimo aniversario de la entrada en vigor de la primera Ley de Igualdad que promovió el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, del que formó parte como vicepresidenta. No en vano, fue la primera mujer de la historia que ocupó este rango.

«Hemos avanzado mucho, pero todavía queda mucho camino que recorrer». De la Vega, de 67 años, denunció que las mujeres son «las que más sufren las duras políticas neoliberales que nos han traído dolor y pobreza», tras poner el acento en cómo la crisis económica ha hecho mella en las políticas de igualdad y ha provocado «grandes retrocesos en España» porque «siempre que hay una crisis de este calibre, quienes más las padecen son las personas más vulnerables». La exdirigente socialista preside en la actualidad la Fundación Mujeres por África y está volcada en causas solidarias. «Sin igualdad entre hombres y mujeres no hay progreso, ni avance social ni bienestar: no hay factor de transformación social más importante y poderoso», manifestó De la Vega, que puso en valor el hecho de que, hace 10 años, el Congreso tomara conciencia de que la igualdad «es la base de la democracia». La también integrante del Consejo de Estado -que se amparó en este cargo para no responder preguntas relacionadas con la crisis del PSOE- subrayó el carácter pionero de la ley a la hora de establecer derechos y regular la equidad de oportunidades para «acortar una brecha» que, sin embargo, reconoció que todavía persiste en materia salarial, social o política.

Durante su intervención ante decenas de personas en Xàtiva, se mostró «feliz» de volver a la ciudad de su madre, de la que se siente «una paisana más. Aunque reivindicó que la ley de 2007 puso a España «a la vanguardia social en igualdad entre hombres y mujeres» y demostró que «las cosas se cambian desde lo público», también admitió que buena parte de su contenido ha quedado obsoleto y «ya no sirve de mucho» en un nuevo contexto mundial dominado por la globalización, la revolución tecnológica, los cambios vertiginosos y la incertidumbre. Por eso, De la Vega apostó por la necesidad de «preguntarse hacia donde y cómo queremos caminar». «Hemos de preguntarnos si queremos gobernar con criterios de justicia y equidad o dejar que nos gobiernen otros», acentuó.

El alcalde de Xàtiva, Roger Cerdà (PSPV), alabó el carácter «luchador y comprometido» de la exvicepresidenta y enfatizó los avances sociales durante su mandato en un momento «en el que las políticas de igualdad han dado marcha atrás con la excusa de la crisis».