?Después de haber plantado batalla hasta el final en los tribunales, Recisa estudia ahora si aborta de forma definitiva el vertedero industrial o si replantea el proyecto para buscar una salida viable a los terrenos, cuya adquisición granjeó a la empresa «importantes desembolsos» en virtud de unos acuerdos que el consistorio y la Mancomunitat convirtieron en papel mojado cuando cambió el criterio sobre la ubicación de la planta de residuos de la Vall d'Albaida, una infraestructura que, 15 años después, sigue sin estar definida. Fuentes de la firma creen que el sitio era el adecuado. «Hemos perdido 15 años, porque luego llegó el COR y nos pilló sin los deberes hechos. Nos hubiéramos ahorrado muchos problemas», lamentan. Recisa mantiene abierto un proceso de reclamación patrimonial contra el Ayuntamiento de l'Olleria por los daños y perjuicios de la operación, a la espera de una respuesta municipal sujeta a un dictamen del Consell Jurídic.