«El proyecto es ilegal, una barbaridad ecológica y ambiental y no se hará nunca: Europa no lo permitiría». Así se significó ayer el biólogo, paisajista y experto ambientalista de Xàtiva Joan Pedrola-Montfort en contra del museo subterráneo de arte contemporáneo que el grupo Inelcom, propietario del hotel Montsant, pretende construir en una superficie de 14.000 m2 pegada a la muralla de Levante, en plena ladera del castillo. Y lo hizo en el marco de una asamblea abierta convocada por la Plataforma Xàtiva Digna que llenó la sala de reuniones de la Casa de la Cultura. Más de un centenar de personas asistieron a los primeros pasos de un movimiento que comienza a gestarse con un objetivo claro: frenar los planes de la empresa en una zona protegida de alto valor ecológico y simbólico.

Pedrola, de 63 años, es una voz autorizada: ha desarrollado en el extranjero gran parte de su actividad profesional, aunque actualmente es profesor de la Universitat de València, donde despliega su actividad científica en el Laboratorio de Biología Evolutiva y forma parte de la cúpula del Institut Cavanilles de Biodiversitat. También dirigió el jardín botánico de Blanes y ha participado en expediciones botánicas internacionales. Hace décadas, ejerció como biólogo municipal en el ayuntamiento.

Pedrola no pone en duda la «sensibilidad» de los promotores del proyecto «con el arte y el medio ambiente», incluso considera «loable» la iniciativa de Inelcom, pero pone el foco en uno de los puntos negros que esconde la propuesta: el negocio privado que supondrá la ampliación del hotel en la vertiente de la montaña. El experto se declaró «muy sorprendido» y citó otros espacios de similar riqueza en distintas partes del mundo donde «a nadie se le ocurriría algo así». «Estamos hablando de un área de alta diversidad ecológica, donde hay elementos biológicos únicos en el mundo» y microrreservas próximas de plantas endémicas que podrían verse alteradas por las obras, remachó.

A juicio de Pedrola, «más que un proyecto, lo anunciado es una ocurrencia». El especialista cuestiona la viabilidad de la cubierta verde que planea la empresa para camuflar el museo en el paisaje y reducir al mínimo el impacto ambiental. Para éste, la única propuesta válida en el enclave pasaría por restaurar la vertiente y crear senderos e incluso un centro de interpretación ambiental, para aprovechar este santuario natural con fines turísticos. «No somos ecologistas en contra de un negocio y de que la gente tenga trabajo: nos preocupan las personas», remarcó.

Los orígenes de la Plataforma Xàtiva Digna se remontan a 2007, cuando diversos colectivos de la ciudad se movilizaron para paralizar las obras de una senda de cemento promovida también por Montsant junto a la muralla. Cáliz Vila, que ejerció de portavoz ayer, advirtió del impacto ambiental y patrimonial de la intervención, llamó a la ciudadanía a movilizarse para presionar a la administración -que en última intsancia ha de autorizarla- y cuestionó anteriores actuaciones en el entorno del hotel, como la instalación de un verjado pegado a las murallas. Vila censuró que la futura construcción supondría «vaciar la montaña» y «mover grandes cantidades de tierra». La plataforma, que ha iniciado una campaña de recogida de firmas, dejó claro que no se opone al futuro museo, sino al emplazamiento propuesto, el cual, por ahora, los promotores no están dispuestos a negociar. Al cierre de esta edición, la asamblea seguía debatiendo posicionamientos y acciones.

Los vecinos piden al tripartito que se posicione

El silencio del gobierno municipal de Xàtiva en torno a los planes de los propietarios de Montsant despertó ayer no pocas críticas entre el público asistente a la asamblea. Desde el ejecutivo aguardan a conocer «con detalle» el proyecto antes de pronunciarse, aunque sus líderes preferirían que el museo se ubicara en el centro histórico de Xàtiva. El biólogo Joan Pedrola apeló a la «sensibilidad» de las formaciones políticas para no consentir la actuación en una zona incluida en un BIC y blindada por ley, que habría que desproteger para autorizar las obras. Otros participantes hicieron constar la tibieza del ayuntamiento. Cuando uno de ellos pidió a las autoridades «que se mojen», surgió el aplauso más enérgico de la tarde.

Un vecino que vive muy cerca de donde se prevén las obras del museo mayor, alertó de la pronunciada pendiente existente en este punto y de los fuertes arrastres de agua que se producen cuando llueve, así como del riesgo de erosión, para advertir de que las obras podrían afectar negativamente a las casas más próximas al futuro complejo si se elimina la vegetación existente. Desde Inelcom reiteran que la intervención será respetuosa con el medio ambiente, restaurando la capa vegetal original e integrándose en el paisaje, pero el carácter tan emblemático de este espacio despierta muchos recelos. «No quiero que me roben la memoria. Perderíamos un espacio que forma parte de nuestra esencia», manifestó el profesor y exconcejal socialista Idelfonso Suárez. Los intervinientes también hicieron constar el colapso que podría generarse en el acceso al castillo si se cumplen las previsiones de Inelcom y el museo atrae a 200.000 visitantes al año. Entre el público asistente estaba el exalcalde del PSOE Miquel Calabuig, que también se ha significado en contra del proyecto y ha cuestionado que sea beneficioso para Xàtiva. La asamblea coincidió en tiempo y espacio con el Consell de Ciutat, mucho menos concurrido.