El Ayuntamiento de Moixent ha anulado de oficio todos los trámites y acuerdos ligados al programa urbanístico de la Cooperativa 5 años después de su aprobación. El motivo: unos informes técnicos y jurídicos encargados por el actual alcalde Teófilo Fito (Cs) han destapado un cúmulo de «ilegalidades» urbanísticas y administrativas en la gestación del PAI, promovido mediante gestión directa.

Las anomalías intoxican todo el procedimiento, desde el momento en que la redacción de los proyectos de urbanización del sector se adjudicó «a dedo» a un equipo conformado por tres técnicos municipales y un ingeniero. Esta decisión no solo contravino la ley de contratos del sector público -el servicio debía sacarse a concurso- sino que, además, los empleados vinculados a la administración local habrían incurrido en «graves incompatibilidades». Junto a ellos, el cuarto técnico externo fue el mismo ingeniero que se encargó de redactar el PGOU de Moixent, hecho por el cual carecía de legitimadad para trabajar en este plan.

El resto del equipo fue juez y parte en el proceso: a la vez que ejercían labores de asesoramiento y supervisión en el ayuntamiento, diseñaron todos los documentos del PAI y, por si fuera poco, también asumieron la dirección de las obras. El presupuesto reservado en concepto de honorarios extra por estos trabajos pervios se determinó en 36.000 euros.

Una consultora jurídica externa cuestiona la imparcialidad e independencia de los técnicos en un informe que aprecia posibles infracciones penales y prevaricación administrativa tras los hechos. Aunque el estudio hace hincapié en los daños y perjuicios que habría sufrido la administración por el uso de fondos públicos, no señala responsabilidades políticas, sino solo técnicas y jurídicas, puesto que el exsecretario -ahora en comisión de servicios- nunca informó de la incompatibilidad de los técnicos municipales -el exarquitecto (que ahora trabaja para el Ayuntamiento de Xàtiva), el arquitecto técnico y el ingeniero-, incurriendo así en una «omisión procedimiental total y grave».

Pero las irregularidades no se detienen ni mucho menos ahí. Los informes atribuyen al equipo redactor del PAI una actuación «negligente». En primer lugar, el proceso se saltó la aprobación del preceptivo Plan Parcial, que tendría que haber definido los estándares urbanísticos del sector industrial a desarrollar y determinado su ordenación pormenorizada, previa autorización (que no se dio) de la conselleria. Los técnicos, además, diseñaron el proyecto de urbanización sin solicitar los oportunos informes a las compañías suministradoras de los servicios urbanísticos, lo que desembocó en un auténtico caos por los errores y fallos de previsión que se hicieron palpables en el momento en que comenzaron las obras del PAI, adjudicadas en septiembre de 2015 a Construcciones Francés por 244.000 euros. La empresa pidió paralizar los trabajos cuando ya se habían girado 5 certificaciones por un importe 155.000 euros, debido a las diferencias con la dirección facultativa en las unidades de obra. Buena parte de lo ejecutado no había sido aprobado ni estaba reflejado en ningún proyecto. Los técnicos formularon un modificado que incluía sobrecostes «inesperados» superiores al 20% respecto al presupuesto inicial del PAI, abriendo la puerta a una importante retasación de cargas que debían asumir los propietarios.

Pero el alcalde se negó a continuar adelante, encargó una revisión íntegra del expediente urbanístico y apartó al equipo redactor del PAI. Un informe del nuevo arquitecto municipal atribuye la mayor parte del modificado planteado a las «imprevisiones, falta de diligencia y errores en el proyecto» de los técnicos directores de la obra. Y ello a pesar de que éstos tuvieron «tiempo mas que suficiente» para garantizar que el presupuesto era el adecuado.

Desfases y olvidos

El documento advierte de desfases e incrementos injustificados durante las obras y concluye que «se primaron objetivos particulares sobre la calidad de las instalaciones dotacionales y viales púbicos». Como ejemplo, no se contempló la recogida ni la conducción de aguas pluviales y se suprimieron las aceras de la zona verde.