La sustitución de los expendedores de tiques de la ora en Xàtiva y el hueco que deja la supresión de algunas de las anteriores ubicaciones ha sido resuelta de manera muy chapucera. En espacios donde había losetas comunes de color gris, el hueco se ha rellenado simplemente con mortero de color marrón. Además de contrastar con el color gris y desentonar, se han practicado sobre la superficie aún blanda (y con muy poca pericia) unas hendiduras que tratan de lograr, sin conseguirlo, dar continuidad al dibujo del surco de las losetas. En las aceras más céntricas, con losas rosadas, el desaguisado es mucho mayor. En la imagen, uno de los desafortunados parches.