Estamos algo decepcionados, dubitativos. La temporada del Olímpic, incluso si no se consiguiera el ascenso, sería muy buena, digna de elogio. Pero ahora estamos en lo que estamos, y estamos luchando por la promoción de ascenso a la segunda B.

Tras haber ganado aquí al Talavera viajamos con la esperanza de volver como equipo de segunda B. Empezamos bien, ellos fallaron un penalti, tuvimos dos minutos malos, encajamos dos goles y otro más al inicio del segundo tiempo. Impensable era encajar tantos goles porque, antes de partir, dijimos el tópico de si se marcaba un gol ellos no nos harían tres. Y marcamos el gol. Entonces aparecieron los más de 5.500 espectadores, la marea blanquiazul, el Olímpic de siempre y además cabreado, y un árbitro que no quiso saber nada de lo pasaba en el área del Talavera y obvió señalar dos penaltis.

Ahora tenemos que volver a galeras. Si queremos estar en segunda B habrá que jugar, como mínimo, 360 minutos más. Nos vamos a Salamanca. Jugamos con el equipo que, como Talavera, nos multiplica en cuanto a vecinos y aficionados, que, y es lo que más me preocupa, viene en dinámica ascendente global y puntual tras haber eliminado al Águilas?y nosotros venimos de perder.

Pero jugamos en la Murta el segundo partido, y para que ese partido se parezca al que vivimos en Talavera y así el campo sea decisivo, toca recuperar juego, sensaciones y resultados, volver de Salamanca con ventaja o con mínima desventaja. Necesitamos volver siendo nosotros mismos, ese Olímpic que tantas alegrías nos ha dado y nos va a dar. Toca recuperar identidad y confianza. Toca ilusionarnos, si es que alguna vez la hemos perdido.