Montesa celebró el pasado sábado el séptimo centenario de la fundación de la Orden de Santa María de Montesa, cuya bula de creación fue promulgada el 10 de junio de 1317 por el papa Juan XXII a instancias del rey Jaime II, nieto del Conquistador. Para ello, algunos de los actuales caballeros de la Orden, cuyo maestrazgo ejerce en la actualidad el rey Felipe VI, junto a otros de las órdenes hermanas de Santiago, Calatrava y Alcántara, se reunieron en Capítulo en la iglesia parroquial de Montesa con la finalidad de celebrar una eucaristía.

A las doce de la mañana, un total de 22 caballeros (13 de Montesa, tres de Santiago, uno de Calatrava y cinco de Alcántara) revestidos con su correspondiente hábito se trasladaron de la casa abadía a la iglesia presididos por S.A.R. don Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, presidente del Real Consejo de las Órdenes. Si la misa fue seguida por un templo abarrotado de gente, todavía lo fue más el cruzamiento realizado tras la homilía, pues un hijo del mismo pueblo, el historiador Josep Cerdà i Ballester, fue armado caballero de la Orden y se le impuso el hábito de Montesa.

Las muestras de cariño se desbordaron en el momento en que el nuevo caballero abrazó a quien bendijo su hábito, el párroco de Montesa, Juan Albelda, momento en el cual la gente irrumpió en un prolongado aplauso. Según declaraciones a este mismo periódico, la Orden de Montesa ha querido recompensar «el trabajo paciente y constante de Josep Cerdà, que además de implicarse en la restauración del patrimonio de Montesa, ha dedicado su vida como historiador al estudio de la misma Orden de manera infatigable». Por su parte, Cerdà manifestó a este periódico sentirse «muy agradecido, aunque esto conlleva, si cabe, más compromiso y más trabajo en favor de la cultura y de la historia de Montesa y de la Orden».

Con la citada bula de 10 de junio del año 1317, se creaba la Orden de Santa María de Montesa, aunque las gestiones para la fundación real de la institución se retrasaron hasta el 22 de julio de 1319. Detrás del proceso que condujo a la creación de una orden militar en el Reino de Valencia estuvo el rey Jaime II, pues con ello se daba una salida a los bienes de la extinta Orden del Temple, que pasaron a la nueva Orden de Montesa junto con los que tenía, también, la Orden de San Juan del Hospital en Valencia „excepto la encomienda de Torrent y la iglesia de aquella Orden en la capital„. Más tarde, en 1400, se fusionó con Montesa otra orden militar, San Jorge de Alfama, que vino a completar su nombre junto al de Santa María.

Administrada por la Corona

La Orden de Montesa participó de forma activa en la política valenciana de la época, pues como segunda voz del Brazo Eclesiástico de las Cortes, sus decisiones importaban. Se significó en la política de Alfons el Magnànim por el Mediterráneo, y como las otras órdenes, participó en la conquista de Granada en 1492. Un siglo más tarde pasó a ser administrada por la Corona, que asumió el maestrazgo con el beneplácito de la Santa Sede, por lo que es hoy maestre-administrador perpetuo el rey Felipe VI. Desde el punto de vista eclesiástico y tras el Concordato de 1851, ejerce el cargo de Obispo-prior de las Órdenes Militares el titular de la diócesis de Ciudad Real.