El avance de la liquidación de los presupuestos municipales de 2016 que ha publicado el Ministerio de Hacienda revela tendencias contradictorias en el ámbito de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida. Por un lado, la recaudación global de los ayuntamientos en concepto de impuestos, tasas y precios públicos ha retrocedido un 5,8%: en 2015 se ingresaron 86 millones de euros frente a los 81 millones que se contabilizan en 2016. Eso sí, dos factores distorsionan la estadística: los datos aún no son definitivos y el listado no incluye a los consistorios de l'Alcúdia de Crespins y Anna, que no habían presentado la información pertinente a la fecha del informe.
Por ello, quizás resulta más fiable poner el foco en cómo 33 de las 61 entidades locales que operan en las tres comarcas cerraron 2016 con más derechos tributarios reconocidos que en 2015. Otras 25 caminaron el recorrido inverso.
De media, los consistorios ingresaron el año pasado 489 euros por habitante por la vía impositiva, 43 euros menos que en 2015. Por encima de esa cifra se sitúan casi una treintena de localidades. Una de ellas es Xàtiva, donde la recaudación tributaria aumentó un 5%. Esta corporación contabiliza 11,6 millones liquidados en impuestos directos -frente a los 11,58 del ejercicio anterior-, 242.000 euros en impuestos indirectos como el que grava las obras y construcciones -100.000 euros más de lo inicialmente presupuestado y ocho veces más de lo ingresado en 2015- y casi 4,5 millones de euros en tasas y precios públicos, un millón más de lo previsto al principio del año.
Pero los municipios donde más se incrementa la recaudación son Montitxelvo, Atzeneta d'Albaida, Benigànim, Alfarrasí, Aielo de Malferit y Salem. Esta último población registra el índice más elevado de presión fiscal del territorio, por encima de los 1.000 euros. Le siguen Carrícola (896,29 ?/hab.), Atzeneta (877,7 ?/hab.) o Bufali. Las campañas e inspecciones promovidas por Catastro para aflorar inmuebles que no tributaban al fisco han jugado un peso decisivo en el repunte de los ingresos liquidados en diversos municipios durante los últimos años. En el saco se incluyen Navarrés, Benicolet, Carrícola, Albaida, Atzeneta o Canals. A tenor de la estadística del Ministerio, los municipios que más bajón de ingresos experimentan son Vallada y Enguera, aunque ambos casos hay que cogerlos con pinzas: en 2015, la partida de impuestos y tasas se disparó de forma excepcional en estos ayuntamientos por una serie de cobros extraordinarios pendientes. La situación, ahora estabilizada, difumina los datos globales y explica en buena medida el porqué del desplome de la recaudación en las tres comarcas.
Freno a las inversiones
En Vallés, la presión fiscal retrocedió un 25% en 2016, mientras que en Bèlgida lo hizo un 10%. En la misma senda se hallan otras poblaciones como Cerdà, Genovés Llutxent, Llocnou d'en Fenollet o la la Llosa de Ranes, que presenta el índice de ingresos por impuestos y tasas más bajo del territorio: menos de 300 euros por habitante. Le siguen Terrateig (323 euros), Benicolet (327), Quatretonda (360) o Cerdà (370 euros). Por debajo de la media en el pago de tributos per cápita tambén figura Ontinyent: en 2016 se recaudaron en esta ciudad 429 euros por vecino por vía impositiva, frente a los 440 euros de 2015.
Si se amplia el foco, en el conjunto de la Costera, la Canal y la Vall los consistorios ingresaron 58,9 millones en impuestos directos frente a los 61,6 millones del ejercicio anterior; 1,4 millones en impuestos indirectos frente a los casi 4 millones de 2015 y 20,7 millones en tasas y precios públicos. Las transferencias que las administraciones superiores inyectan a los ayuntamientos bajaron en 2016 de 68,6 a 57,9 millones. En total, los ingresos municipales se desplomaron de 184 a 150 millones, en la misma proporción que lo hizo el gasto.
