Es el hombre más esperado en la parcela deportiva del Ontinyent, llamado a acelerar la configuración de una plantilla que alza el telón el próximo lunes. El argentino Daniel Santomil ya está en la capital de la Vall, eso sí, con lo puesto, viviendo en un hotel, acompañado de su mujer y su hija de 9 años y poco más. Su vida se ubica en estos momentos en las oficinas del club desde donde, con sus inseparable portátil, trabaja para construir una infraestructura muy ambiciosa, que va más allá de diseñar una plantilla competitiva. Durante las primeras horas ha tenido tiempo para atender a los medios de comunicación y por lo tanto de analizar y verificar si todo lo dicho hasta ahora, son simples ilusiones o realidades con un fundamento muy sólido.

El principio de esta historia se escribe cuando el ex de Argentinos Juniors se marcha a vivir a Melbourne a los 22 años. En el 2006, cuando la FIFA prohíbe la salida de menores a otros países, Daniel crea un programa para que los jóvenes australianos pudieran desarrollar sus capacidades futbolísticas al que tiempo que lucha por ramificarlo con una conexión internacional que encontró en el River Plate. Desde Oceanía a Sudamérica fletó un puente de jugadores que viajaban con la ilusión de llegar a lo más alto con los Gallinas de Buenos Aires. Durante este periodo se produce el primer contacto entre Santomil y Meaker, actual propietario del Ontinyent, que ahora ha fructificado con el acuerdo para trabajar en el club del Clariano. «Rodney tiene un hijo que se llama Joshua que estaba en mi academia de fútbol. Unos años más tarde, mientras trabajaba en un hotel, Rodney me visitó. Tengo que decir que yo conocía a Rodney como padre, no sabía quién era ni a qué se dedicaba. Cuando me vio me dijo 'Daniel, vengo observándote desde hace siete años y sé el talento y la capacidad que tienes. Quiero comprar un club en España, pero no voy a llevarlo a cabo si tú no eres el director'. Lo único que le pedí es que fuera un lugar que hiciese más calor que en Melbourne. El aceptó y seis meses más tarde aquí estamos».

Dicho y hecho. Ahora, toda la maquinaria de Elite Sports 17, junto con el club, se han puesto manos a la obra para afrontar los retos que hay por delante ¿Cuáles? En los últimos meses, se ha lanzado un mensaje sugerente y apasionante de ver a un Ontinyent en Primera división. En la calle hay dudas e ilusión al mismo tiempo sobre los objetivos lanzados desde la entidad del Clariano. Daniel Santomil cree que todo es «posible. Es una tarea monumental llevar a este club a la Primera división, pero no es una meta inverosímil para nosotros porque creemos que todo es posible. Nuestra intención es esa, es nuestro sueño». Una hoja de ruta repleta de iniciativas para un director deportivo de 54 años que acaba de poner pie en una ciudad que le está gustando mucho a él y a su familia. Aun así, tiene muy claras cuáles son sus prioridades. «La primera de ellas es encontrar un equipo para Miguel Ángel Mullor el cual va estar formado por un delantero de jerarquía, otro futbolista sub 23 también con mucho peso dentro del terreno de juego, entre 5 y 7 componentes de la plantilla del año pasado, otros 6 que hayan militado ya en la 2ª B y el resto futbolistas internacionales, algunos de los cuales les va costar un poco adaptarse pero esperemos que otros puedan explotar como figuras», explica. Santomil no esconde la ilusión de poder traer al Ontinyent al jugador australiano que fichó por River que salió de su escuela. Se trata del australiano Gavin De Niese, el único aussie que ha llegado a la cima de River. «Quiero traerle. Ahora está en Portugal. Algunos compañeros que han jugado en las secciones inferiores de River van a venir al Ontinyent», explica.

El próximo lunes arranca la era Meaker y lo hace con una cara nueva y pocas renovaciones, pero van a llegar futbolistas de diversos rincones del planeta: tres colombianos, tres mejicanos, un senegalés, cuatro argelinos, cuatro australianos y dos paraguayos. Llegaran en diferentes días y en grupos diversos. Un Ontinyent cosmopolita pero que tiene claro que perfil de jugador encaja en la filosofía del club. «Queremos buscar el mejor jugador para el Ontinyent y para Mullor, que tenga proyección y que no sea un futbolista que esté de vuelta sino de ida y sobre todo intentar que el club pueda llegar a autofinanciarse sin necesidad que nadie tenga que poner dinero». Entusiasta del fútbol y argentino resulta inevitable preguntarle que estilo le gustaría para el Ontinyent, uno más cholista, de garra o intensidad u otro más valdanista, con cariño hacía el balón. Santomil apuesta por un equipo que «gane y si se puede hacer con paladar negro, mejor», señala.

Muchas decisiones que giran en torno a la profesionalización de un club totalmente amateur y que en los últimos años ha nadado por aguas turbulentas. Para ello se han marcado unos objetivos a corto, medio y largo plazo. «Lo más inmediato es formar una plantilla competitiva con el objetivo de subir si se puede y en caso contrario, asentarse. A medio plazo, crear una academia internacional, y a largo plazo, llevar este equipo a Segunda y Primera división que es el motivo por el cual Rodney ha comprado el club», subraya.

Pero el trabajo de Daniel Santomil en el Ontinyent no solo tiene su punto de mira en el diseño de un equipo que ilusione para la próxima temporada sino también en sentar las bases de un club grande y autosuficiente. Para ello, la idea es crear una academia internacional para que lleguen futbolistas de todo el mundo y al mismo tiempo aumentar las secciones inferiores del club. «Un proyecto nuevo que ya tenemos iniciado es hacer una escuela de fútbol. Se ha hablado con Kiko, entrenador del juvenil, y la idea es ayudar a subir al Ontinyent a los chicos de entre 16 y 18 años y posteriormente crear equipos de infantil y cadete. La idea es tener autonomía propia por que es lo que te va a dar jugadores para el futuro. Hay que entender que buscar jugadores por todos los lados es una situación de emergencia porque los futbolistas no vienen de las categorías inferiores. Además, vamos a crear una Academia Internacional donde van a llegar jugadores de diferentes países para entrenar aquí». De hecho, este martes a las 19 horas se espera la llegada de todo aquel interesado en inscribirse. santomil hace un llamamiento para que todos los jóvenes futbolistas interesado por este proyecto acudan al Clariano.

La llegada de fondos de inversión a los clubes está dando un giro importante al mundo del fútbol. Un negocio rentable para estas empresas pero que en ocasiones ha dejado a algunas entidades como un solar. El nuevo director deportivo del Ontinyent llega a la ciudad gracias a uno de estos modelos de financiación, a pesar de ello Santomil cree en el balance entre propietario y club como la clave del éxito. «La FIFA sacó un estudio hace tiempo en el que llegaba a la conclusión que los clubes de fútbol tal y como fueron concebidos no se podían mantener. Por tanto, hay una necesidad de una dependencia de un dueño. A mí me gusta un equilibrio, es decir, que haya capital y que la comunidad de un club esté envuelta», dice Aun así, las tertulias futboleras de la ciudad se preguntan dónde está el negocio en un grupo que liquida la deuda del Ontinyent de un plumazo con todo lo que ha dado que hablar en los últimos años.

Subir ya a Segunda A

En definitiva, mucho trabajo por delante para Daniel Santomil y su mujer, May-Britt, la cual se encargará de una faceta más social e integradora entre todo el staff del club. La primera labor ya se ha puesto en marcha. «Buscar talento los 12 meses del año», añade un Santomil que suspira por un sueño a final de temporada «el ascenso a segunda». Un sueño que sería aún el primero de una serie.