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Enguera licitará por 600.000 euros la reforma de la piscina que reduce la lámina de agua

El PP pide otro pleno extraordinario El alcalde defiende el proyecto técnico

La remodelación de la piscina de Enguera sigue generando debate en el municipio. El PP ha solicitado otro pleno extraordinario después de conocer el proyecto de ejecución encargado por el equipo de gobierno para la mejora de la eficiencia energética y la accesibilidad de las instalaciones. Los populares piden explicaciones porque el presupuesto de la obra asciende a 602.000 euros, cuando la propuesta que salió elegida en la encuesta participativa promovida por el ayuntamiento situaba el coste de ejecución muy por debajo. A las críticas se ha sumado un grupo de usuarios de la piscina.

El alcalde, Óscar Martínez, replica que, en toda licitación, al presupuesto material se le suman el IVA y una serie de gastos generales. El primer edil confía en que la reforma acabará costando en torno al medio millón de euros tras el proceso de adjudicación, puesto que las empresas que aspiren al concurso propondrán rebajas y mejoras. La nueva piscina debería estar operativa en verano de 2018.

Problemas de impermeabilidad

Tanto el PP como los usuarios contrarios a la reforma planteada aseguran que hay otras alternativas más económicas y cuestionan la reducción de la lámina de agua (del 31%), así como el empleo de los fondos de compensación de los parques eólicos que recibe Enguera para financiar la obra.

Martínez afea al PP que en 16 años «no ha sido capaz de solucionar los problemas de la piscina» y subraya que el consistorio se ha ajustado a criterios técnicos para acondicionar la instalación a la ley y solventar los inaplazables «problemas de impermeabilidad y depuración», que generan importantes fugas y consumen recursos, según los técnicos redactores, que ven su tamaño excesivo y avalan la redimensión. El alcalde señala que la intervención prevé una piscina infantil, la ampliación de la zona de recreo y una mejora de la accesibilidad. El grupo de usuarios, en cambio, considera que el proyecto está intoxicado por el criterio del gobierno y recuerda que se recogieron un millar de firmas contra la reducción de las dimensiones de la piscina, cuyo carácter emblemático remarcan. «La reforma no garantiza los usos actuales de la instalación, reducirá el número de usuarios y supondrá dar un paso atrás a peor calidad», añaden.

Martínez lamenta que se cuestione el trabajo de los técnicos, cree que la opinión mayoritaria del vecindario es otra y defiende la participación y transparencia del proceso, que incluyó «varias propuestas». «El problema es que hay quien lo ve todo mal», zanja.

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