E n nada se abre la media veda en castilla-La Mancha, este lunes 21. En la Comunitat Valenciana ya lo está desde el domingo pasado. Aunque la paloma torcaz se ha hecho sedentaria en muchos rincones de España, basta con ir a Madrid para verla en jardines y parques como una auténtica plaga. La que llega aquí viene mayoritariamente del norte de Europa.

Acertar con un día bueno de torcaces es una lotería. Un día ves bandos enteros comiendo en campos de yeros o posados en las pipas y al día siguiente no hay ni uno. Es que como si se los hubiera tragado la tierra. Desaparecen. Si encima has tenido que recorrer cientos de kilómetros para encontrar un buen puesto, y te vienes con las manos vacías, al igual que la billetera y la canana llena, la cara de idiota que se te queda, te dura unos cuantos días. Ni siquiera cebándolos te aseguras una buena tirada. La paloma al ser un ave de paso es imprevisible. Hasta el mismo día no sabes cómo te va a ir la jornada. Tienes que hacer muchos viajes para acertar alguno. Mi amigo Ramón Ferrero, que era un apasionado de la paloma torcaz al paso y al cimbel, realizaba muchos viajes alguno de los cuales resultaba un fiasco hasta que encontraba uno bueno, y lograba una buena percha. Cuestión de tiempo y de dinero.

En las cacerías de paloma torcaz que se organizan y donde es frecuente el engaño porque una vez has pagado, no te devuelven el dinero. Aunque no hayas pegado ni un tiro, deberían hacer como en muchos cotos con la perdiz: cobrar por pieza abatida. Así no habría engaño posible. Establecer un precio razonable por pájaro muerto y no por día de caza. O si me apuran, incluso, por cartucho tirado porque hay quien necesita tirar una caja para abatir un torcaz.

Fontanars dels Alforins no es una zona donde abunde mucho la paloma, pero el año pasado hubo un par de días muy buenos, sobre todo a la tórtola. Entraban a comer a un campo de pipas y quienes tuvieron la suerte de estar allí disfrutaron de lo lindo. Porque, además, el tiro de la tórtola es de los más difíciles que hay debido al vuelo zigzagueante que tienen estas pequeñas aves, que emigran del norte de África y nos vistan por estas fechas. Muchos cazadores madrugan los días previos a la abierta para ver si hay algún paso de torcaces y colocar estratégicamente la barraca. Hay quien dedica a esta tarea muchas horas porque es importante que la paloma no te vea y estar bien camuflado.

En cuanto a la codorniz, la otra gran protagonista de la media veda, su presencia en esta zona es nula debido a la falta de humedad y, sobre todo, al laboreo intensivo. Los rastrojos son labrados nada más recogerse el cereal, al igual que la paja y en esas condiciones es muy difícil que la codorniz críe y se quede con nosotros.