Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Meaker: «He invertido en el Ontinyent CF por pasión, no por beneficio económico»

El nuevo propietario del club textil, nacido en Sudáfrica pero afincado en Australia, es un apasionado del deporte y fue jugador de rugby y cricket Rodney, que ha liquidado la deuda del club, aspira al ascenso a Primera, pero «con los pies en el suelo»

Rodney Meaker, propietario del Ontinyent, en el Palau de la Vila, con el Pont de Santa Maria al fondo. Vicent Gandia

Es el jefe, todo el mundo está al corriente, pero poco se sabe de quién está detrás del nuevo propietario del Ontinyent CF. Aprovechando su larga y prorrogable estancia en Ontinyent durante este mes de agosto, Levante-EMV ha conversado con este exitoso hombre de negocios. Rodney Meaker nació en Durban, Sudáfrica hace 51 años, las dificultades para transferir dinero desde el país africano le obligaron a inmigrar a Australia hace 16 años, llevando consigo a toda su familia. Allí empezó de cero y, con mucha dedicación, alzó su empresa, Mc Nauhtans, un gran imperio dedicado a la fabricación de accesorios para vehículos, en especial camiones y autobuses, la cual cuenta con dos sedes principales, Australia y Sudáfrica.

aussie de adopción tiene el éxito en su ADN porque previamente a los negocios fue una celebridad en el rugby y el cricket en su país de origen. «En Sudáfrica los deportes más importantes son el cricket y el rugby, y cuando era niño me crié jugando al rugby. Posteriormente jugué representando al Ejército del Servicio Nacional, llegué al más alto nivel», indica.

Y acelerando en el tiempo, llega el Ontinyent. Liquida la deuda de un plumazo, convierte el club, con el beneplácito del socio, en Sociedad Anónima Deportiva, le da viabilidad a un ascenso a 2ª B e insufla ilusión a una ciudad con vena futbolera. Se venden proyectos galácticos con palabras de ciencia ficción como Primera División. Aun así, los escépticos dudan sobre el futuro de la entidad, sobre todo les sorprende que una historia tan bonita no tenga una contraprestación económica. Rodney aclara por primera vez esta aventura. «No estoy aquí para conseguir beneficios económicos, es una combinación de pasión y amor por el deporte. Me encanta el rugby, en Sudáfrica me jubilé a los 30 años y tengo cultura de club y una identidad con el deporte. Mi otra gran pasión es el fútbol, incluso más que el rugby. De joven estudié en un internado y no me dejaron jugar al fútbol, pero cuando me mudé a Australia volví a enamorarme de él y así empezó mi gran pasión por un deporte rey que aporta muchas vivencias a muchas personas en el mundo».

Cuando el calor descargaba su odio veraniego sobre la capital de la Vall d'Albaida, llegó el primer contratiempo para el proyecto de ensueño: la dimisión de Mullor. Una decisión que Rodney no entiende pero que respeta. «Si soy honesto, no lo entiendo, pienso que era una buena oportunidad para su carrera, pero francamente no comprendo qué hay detrás de su renuncia. No he podido coincidir con él, por tanto no soy capaz de enjuiciarle y por supuesto respeto su decisión».

«Malentendido» con Santomil

Otro de los temas que han levantado ampollas es la figura de Daniel Santomil, hombre de confianza de Rodney y que llegó con la vitola de líder de la parcela deportiva y, que tras el affair de Mullor, fue apartado del cargo. El dueño del club justifica la medida como un malentendido de sus funciones. «No hubo nunca un cargo de director. Yo le pedí tres o cuatro personas de España para encontrar jugadores de otros países porque tenemos que estar adaptados al siglo XXI. Está claro que los jugadores españoles son los más importantes, pero los buenos clubes también tienen futbolistas de otros países», matiza Rodney.

Desde el primer día se ha vendido desde el nuevo organigrama del club, excepto desde el staff técnico y jugadores, que esta nueva etapa en el Ontinyent tiene su tope en la llegada a la Primera División española. Por primera vez desde el mes de junio, se escuchan voces de realidades y no de quimeras. «El sueño es ascender lo más rápidamente posible, pero la realidad nos dice que hay que tener los pies en el suelo y tener un enfoque muy pragmático de lo que se puede lograr o no», puntualiza el sudafricano.

También han sido días turbulentos por lo que al esponsor se refiere. Como adelantó este diario, el Ontinyent presentó en el Palau de la Vila a Cotopur como nuevo patrocinador del primer equipo cuando ya se habían imprimido elásticas con la firma Cañete SA., con un acuerdo verbal entre ambas partes. Meaker justifica su elección basándose en la legalidad. «Mi experiencia se basa en la ley. A nosotros nos gusta hacerlo todo con contrato, por ello el tema de los esponsors se decantó por el que firmó los contratos. El primero no estaba preparado, sin embargo el segundo sí lo estaba y se firmó. Si queremos ser profesionales se deben hacer las cosas correctamente. Yo no conozco a las otras personas, seguro que son fantásticas pero las camisas necesitaban tener un patrocinador y se firmó el acuerdo».

En los últimos días del mes de agosto, el Ontinyent se ha hecho con los servicios de Joshua Meaker, hijo de Rodney. Una operación que genera dudas de efectividad por desconocimiento en las referencias del jugador y por tratarse del hijo del jefe, el cual espera «que mejore su nivel de experiencia para que pueda jugar en divisiones superiores. Josh está disfrutando de esta experiencia en Ontinyent y del espíritu de colectividad y sobre todo el ambiente que hay en el club», explica Meaker.

Compartir el artículo

stats