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Miguel Hernández llega con dignidad

Entre la inconmensurable obra musical del cantante y compositor Joan Manuel Serrat destaca el disco de 1972. Miguel Hernández era el título del noveno LP de Serrat, con el que dio a conocer, a la mayoría de valencianos y del mundo entero, al gran poeta. Las músicas son autoría de Serrat, sobre una selección de poemas del poeta represaliado por el franquismo. Menos tu vientre abría el disco, seguida por Elegía o Para la libertad, eran canciones editadas aún en plena dictadura. Además de catapultar la poesía y la memoria de Miguel Hernández, y de erizar la piel, aún hoy suenan con una rotundidad, sensibilidad o profundidad inauditas. Por eso que esta semana un gobierno de Ontinyent aúne y sume esfuerzos con una entidad local, SUAMO, mediante la próxima celebración en el recinto del Echegaray de un espectáculo de teatro, poesía y música, dedicado al poeta de Oriola, sirve para zanjar una deuda. Con el poeta, pero también con la cultura. Y es motivo para felicitarse por el anuncio que se hacía acerca de que «Ontinyent se sumará en breve al Año Miguel Hernández con el que la Comisión de Cultura del Congreso conmemora el 75 aniversario de la muerte del poeta». La guinda del acto de presentación, presidido por el batle Jorge Rodríguez, hubiese sido el anuncio, aunque fuese para cantar un par de canciones de aquel disco de 1972, en acústico o acompañado por la SUAMO, de J. M. Serrat, pero para eso hace falta alguien que piense y mueva hilos. Lo que no se vislumbra entre el personal bien remunerado a cuenta de la cultura ontinyentina. Ser capital comarcal, y Ontinyent tiene la obligación de ejercer como tal, también significa ser capital cultural.

Rehabilitar es reconstruir. Ironías del paso del tiempo, ¿Alguien se acuerda que la vida de Ontinyent giraba en torno a sus casetes? Solo hay que mirar las hemerotecas de hace poco más de una década para constatarlo. Sin embargo, esta semana el gobierno municipal informaba que «Ontinyent multiplica por cuatro las solicitudes de ayudas a la rehabilitación de inmuebles», síntoma inequívoco de que, al menos una parte, los residentes en la ciudad satélite al casco urbano ontinyentí vuelven a sus orígenes. Y como es bien sabido cuando se regresa a una vivienda, vacía durante años, esta ofrece un marcado deterioro. Por eso, para acudir en socorro de esos ciudadanos, sus gobernantes activaron un plan municipal, Ontinyent Rehabilita, que para este 2017 se cifra en 300.000 euros. De momento al programa de ayudas municipales a la rehabilitación de inmuebles ya se han inscrito 117 solicitudes. Estas ayudas en el área de Rehabilitación Urbana de la Vila, Raval-Poble Nou y Camí dels Carros-Cantereria, seguramente, tienen visos de responder más a una operación de maquillaje urbano, que no a estudios solventes a cargo de arquitectos, urbanistas y sociólogos, que redacten las filosofías y conceptos de rigor, a aplicar de cara a un Ontinyent moderno. La necesaria regeneración urbana precisa de un plan de futuro y de avales acreditados, más allá de puntuales «espacios públicos con demoliciones que posibilitan esponjamientos y proyectos como el de la placeta de la EPA».

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