Los alumnos del colegio Ramón y Cajal de Anna estrenaron ayer las nuevas aulas prefabricadas habilitadas en una explanada a la entrada de la población, a la espera del inminente inicio de las obras de demolición del antiguo centro educativo, previas a la construcción de un nuevo edificio. La alcaldesa, Pilar Sarrión, indicó que el curso se ha iniciado «con total normalidad», mientras seguían ejecutándose los «últimos retoques» en el recinto, tras un fin de semana en el que los operarios han trabajado sin descanso para garantizar un regreso a las aulas lo menos problemático posible, con la colaboración de los concejales. Ayer mismo se firmó el acta de ocupación de los nuevos barracones, que incluyen servicio de comedor y se ubican junto al centro médico.

El intenso flujo de vehículos en la zona, que hace que se formen embotellamientos, ha obligado a tomar medidas en los accesos. La alcaldesa subraya que la seguridad es mayor en este nuevo emplazamiento que en el antiguo colegio, que no cumplía con la normativa vigente y se encontraba muy deteriorado. El consistorio y el colegio programan una jornada de puertas abiertas para mostrar la calidad de las nuevas instalaciones y tranquilizar a algunos padres preocupados por las condiciones de las nuevas aulas. También la escuela infantil de la localidad está en obras y los alumnos han sido trasladados a otro edificio.

El curso también se ha iniciado en medio de las obras en el CEIP José Mollà de Canals, donde el ayuntamiento ha tenido que extremar la seguridad con la señalización y vallado de accesos para evitar riesgos por el retraso en completar una serie de trabajos exteriores que durarán toda la semana. Pese a ello, no hubo incidenicas. Personal municipal colaboró para facilitar la entrada y salida segura del alumnado.