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El sector prevé mermas de hasta el 50% en el arranque de la campaña citrícola

Los productores de la Costera auguran el descenso más pronunciado en la cosecha de mandarina «okitsu»

Un «collidor», en pleno trabajo de recolección en un campo de Xàtiva. perales iborra

El desplome de la producción y el repunte de las cotizaciones en el campo guían el arranque de la campaña citrícola en la Costera. La cooperativa Crist del Miracle de la Llosa de Ranes, la única que subsiste en la comarca, augura entre un 20 y un 30% menos de cosecha respecto a las previsiones habituales y una temporada de recolección que se acortará en el tiempo. Si el año pasado la campaña se alargó hasta mediados de febrero, en esta ocasión podría darse por concluida un mes antes, en enero.

A pesar de la caída de la cosecha, esta semana la cooperativa ya tiene a todas las cuadrillas trabajando «a tope» porque «la naranja no puede esperar». Las fuentes consultadas del sector remarcan que, al registrarse menos producción, los precios han mejorado ligeramente y se vende más en los campos, porque hay más demanda de los comercios. Sin embargo, todo apunta a que este incremento no será suficiente para compensar la merma de ingresos que provocará el drástico descenso del aforo citrícola.

Los productores señalan este año una floración «muy irregular» y dispar que ha generado fuertes contrastes entre parcelas con mucha cosecha y otras en las que los árboles se observan muy descargados. Otro rasgo característico de esta campaña es la ausencia de plagas. «El año pasado tuvimos mucha presencia de la araña, pero ahora está muy controlada y no se ha detectado ningún foco», indican en la cooperativa, que gestionó el año pasado alrededor de 7 millones de kilos de cítricos, de los cuales una gran mayoría se destinaron a la exportación.

Francisco Pallás, productor vinculado a la organización agraria AVA-ASAJA, augura descensos de producción del 25 al 30% en todas las variedades de naranja, si bien eleva al 50% el desplome en la cosecha de la mandarina okitsu, especialmente mermada este año. Tanto en la navelina como en la clementina, la caída se estima en el 30%, como consecuencia de las altas temperaturas, que han hecho mella en el proceso de floración. Pallás, en cambio, subraya los más que aceptables calibres que se observan debido a la menor producción. Al mismo tiempo, este factor también provoca un repunte de precios, a cuya evolución fía el sector la campaña.

Falta de madurez del fruto

Julián Úbeda, delegado de La Unió de Llauradors en la Costera, apunta a una «producción floja» y recalca que la recolección se ha iniciado «con los precios al alza en la cosecha de navelinas» y con muy malas perspectivas en el mercado de clementinas y de variedades primerizas. Los almacenes, además, notan que está entrando «naranja muy verde».

La tormenta acompañada de granizo del pasado domingo no ha afectado a la producción de cítricos, aunque sí a la de caquis, una fruta más sensible al pedrisco, aunque sea de reducido tamaño como el de hace unos días. Canals, l'Alcúdia de Crespins, Cerdà y Llanera son las poblaciones donde estos cultivos han quedado «marcados», lo que lastrará las previsiones de comercialización.

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