? La población de Vallada, que gozó de una gran prosperidad económica hasta la segunda mitad del siglo XX gracias a una potente industria artesanal vinculada al mimbre y el mueble, se ha visto muy castigada por el drama de la desindustralización. «Desde los 90 hemos pasado de las delegaciones en EE UU, Alemania o Francia a estar en la cola del Servef», señala la alcaldesa en la carta remitida al conseller de Economia. A esa crisis sobrevenida se sumó una gestión que Tortosa (PSPV) tilda de «irresponsable» bajo el mandato del PP y que ha abocado al ayuntamiento «al hundimiento absoluto» por la deuda de 26 millones de euros ligada a la paralización de Valpark en 2009. Primero iba a ser un parque logístico orientado a la actividad naviera y al mantenimiento de los barcos de la Copa América. Pero el proyecto de «dique en seco» promovido en la época de los grandes eventos naufragó y dio paso a un gran complejo empresarial avalado por el Consell de Francisco Camps. En 2016, para tratar de sacar algún rendimiento a la superficie abandonada de Valpark, el municipio se ofreció a albergar una planta de tratamiento de residuos. La iniciativa sigue en punto muerto a la espera de la Generalitat.