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Cruzada contra las barreras arquitectónicas

Un grupo de personas con movilidad reducida deja constancia de decenas de obstáculos insalvables durante un recorrido por las calles y edificios de Xàtiva

Aceras demasiado estrechas, escalones desproporcionados y zonas de paso invadidas por bolardos, coches mal estacionados o terrazas hosteleras sobredimensionadas convierten el día a día de las personas con movilidad reducida en una constante carrera de obstáculos. Para visibilizar la problemática que aún persiste de manera flagrante en las calles de Xàtiva, diversas asociaciones de discapacitados y vecinos que sufren las consecuencias de la falta de accesibilidad emprendieron ayer una cruzada contra las barreras arquitectónicas, dentro de las actividades programas en el marco de la Semana de la Movilidad. El recorrido se convirtió en una radiografía de los puntos más conflictivos que los participantes pudieron trasladar a las autoridades municipales de primera mano.

La iniciativa «Un día con la discapacidad» la organizaba Ciudadanos -cada día es el turno de un partido-, que la propuso en la Mesa municipal de Movilidad. Partiendo de la plaza Telefónica, los asistentes identificaron bolardos plantados a la salida de los pasos de peatones que representan un peligro para los invidentes, rampas insalvables mal diseñadas a la entrada de las fincas y tramos que presentan un terreno inestable que dificulta mucho el tránsito. En un segundo trayecto que partió del ayuntamiento, la expedición hizo parada en la oficina de atención al cliente de Iberdrola, en la calle Portal del Lleó, que carece de rampa de acceso. El portavoz de Cs, Juan Giner, hizo constar a un empleado del establecimiento la demanda y éste se comprometió a trasladarla a sus superiores.

A continuación, los participantes de la marcha pasaron por la Casa de la Cultura, que también registra graves problemas de accesibilidad. La misma historia se repite con otros edificios públicos de uso tan básico como los juzgados, la biblioteca o la Policía Local, donde la ventanilla de atención está colocada a demasiada altura para una persona en silla de ruedas. «Hay auténticas barbaridades que hoy en día no tienen sentido y que tienen que corregirse». Giner hace hincapié en el importante papel que deben jugar los técnicos municipales para constatar y erradicar las deficiencias. Múltiples tramos de la ciudad -sobre todo en el casco antiguo- están vedados a los usuarios en silla de ruedas, que no pueden moverse solos si no quieren jugarse la vida invadiendo la calzada o deslizándose por pendientes imposibles.

Visibilizar la problemática

«Esta actividad tiene importancia para nosotros porque hace ver a la sociedad los problemas que tenemos en el día a día, muchos de los cuales pueden evitarse desde las instituciones», expone Javier Vaquero, representante de la ONCE en la Mesa municipal de Movilidad. Vaquero incide en que es la administración la que ha de eliminar las barreras arquitectónicas y dar instrucciones para evitar que un bar se exceda con su terraza o para hacer que se cumpla la ley en materia de accesibilidad cuando se construye una vivienda o un negocio. «Todos hemos sido dependientes cuando eramos bebés y todos volveremos a serlo algún día. Entendemos que las anomalías no pueden corregirse de un día para otro pero hay que tener voluntad para mejorar como ciudad e ir poco a poco», señala. Compromiso por parte del equipo de gobierno para eliminarlas sí existe.

«Esta muy bien promover una Semana de la Movilidad y visibilizar los problemas que hay, pero se queda corta: el trabajo tiene que ser todo el año», apunta Consuelo Valero, presidenta de Aspromivise. «Los edificios púbicos están muy mal de accesibilidad; hay mucho por hacer y es vital concienciar a la gente», observa. Una última demanda: que el transporte público llegue al casco antiguo.

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