Se ha celebrado del 16 al 22 de septiembre, con distintas actividades en numerosas ciudades, la Semana Europea de la Movilidad. Es una buena iniciativa y necesaria para tratar de concienciar a los ciudadanos, y también a las administraciones públicas y al sector privado, sobre la importancia del respeto y cumplimiento de las normas que afectan a la movilidad urbana, en aras de una mejor convivencia, protegiendo a los usuarios más débiles, los peatones, y fomentando incluso mejores actitudes cívicas, más allá del cumplimiento estricto de la ley, que redunden en un beneficio social y mayor calidad de vida para todos.
Pero como suele ocurrir con la mayoría de celebraciones de días o semanas reivindicativas, que se acumulan cada vez en mayor número a lo largo del calendario anual, pasada la conmemoración y tras el ya obligado balance político para loar su éxito, los ciudadanos y ciudadanas volvemos al día a día, a ignorar, incumplir o sufrir todo aquello que durante unos días hemos reivindicado y de lo que los medios de comunicación se han hecho amplio eco para, en la mayoría de los casos, no volver sobre ello hasta la siguiente conmemoración ya al año que viene.
En el caso de la movilidad, la actitud mayoritaria no supondrá, probablemente, un propósito de enmienda sobre problemas que en algunos casos tienen fácil solución con un poco de voluntad, aunque cabe reconocer que en otros casos la solución requerirá de más imaginación, estudio experto e inversión económica.
En Xàtiva, pasada esta semana de la movilidad, bastante pocos todavía seguiremos preguntándonos, en nuestro devenir cotidiano por incidencias diarias de movilidad que se eternizan ya en el tiempo ¿Por qué se continúa primando en el intervalo de los céntricos semáforos de las principales arterias comerciales de la ciudad (Albereda-Carlos Sarthou) el tiempo del disco verde para vehículos frente al dilatado tiempo del disco rojo para peatones, lo que provoca que muchas veces los peatones más impacientes, hartos de esperar y viendo además que no funciona el botón de «solicitar el disco verde», crucen con el disco rojo con el consiguiente riesgo de atropello?
Las personas con movilidad reducida o con carritos de niños seguirán sufriendo, por la mañana o por la tarde, en algunos chaflanes en los que la distancia entre la fachada y el borde de la acera, disminuida además por la instalación de alguna señal, hace demasiado estrecho el paso (Carlos Sarthou-República Argentina). Al igual que seguirá siendo casi imposible y peligroso el paso por distintas aceras del casco antiguo (Corretgeria-Jacinto Castañeda) mientras se acerque un vehículo por esas vías, además en muchas ocasiones a una velocidad excesiva y no controlada. Algunos pocos seguiremos pensando que no es absolutamente necesario dejar mal estacionado el vehículo para recoger a los niños a la misma puerta del colegio o para tomarse un café o una cerveza en un bar o en su terraza, y muchos viandantes continuarán soportando la molestia de coches mal aparcados (Bassa-Sant Francesc), de manera cómoda y egoísta por una minoría privilegiada, incumpliendo reiteradamente las prohibiciones.
Seguirá demandando una propuesta valiente y consensuada la situación de las personas mayores de la parte alta del casco antiguo, que posibilite compatibilizar su acceso y disponer de los servicios necesarios sin atiborrar de coches, que ya no caben, las pequeñas calles con encanto, además turístico, de esta parte de la ciudad. Quedará también pendiente la evolución de la provisionalidad de convertir solares del centro histórico en aparcamientos al aire libre, trasladando el problema de coches aparcados de un lugar a otro y sacrificando la continuidad y recuperación de la trama constructiva de un valioso conjunto histórico-artístico.
Son algunas, entre otras más, de las situaciones cotidianas en relación con la movilidad que, probablemente, continuarán hasta la próxima celebración de la semana de la movilidad, pero que la creada Mesa de Movilidad de Xàtiva podría abordar en sus reuniones periódicas como parte de un punto fijo y diferenciado en su orden del día, destinado a situaciones concretas y diarias ciudadanas, y que se podría trasladar al Plan de Movilidad como otro gran eje de actuación, en estrecha relación con los demás, que conecte planeamiento y ejecución efectiva y rápida, para tratar de solucionar los problemas de movilidad con que las personas de una ciudad, en relación con sus circunstancias personales, se van encontrando en su día a día.
