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Nueva versión otoñal de «Volver»

Como si se tratara de la enésima versión de Volver, la canción de tango interpretada y compuesta en 1934 por Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, los conflictos entre el COR y la Mancomunitat valldalbaidina vuelven periódicamente. Esta vez ha sido un arbitraje ambiguo, el del Consell Jurídic (donde habita con rango un beneficiado de los largos pesebres de A. Rus, el xativí Pepe Diez), que se moja, pero solo para guardar las formas, sin entrar al meollo de la cuestión, al emitir que: «el COR debe indemnizar a la Mancomunitat por no poner en marcha la comprometida estación de transferencia de El Palomar. Incumplimiento achacado a la concesionaria Vytrusa». Eso sí, sin aclarar la cuantía. Lo que le ha dado alas al COR para seguir aparentando que el fuego de antaño está apagado, como simularon en fotos recientes. El asunto en discordia no es menor, ya que mientras «la Mancomunitat reclama 600.000 euros por los sobrecostes de los desplazamientos a Ròtova desde 2014, el COR ofrece abonar a la entidad los 81.000», según el informe fijado por los técnicos del Consorcio, visto con recelo desde la Vall, con el trilero propósito de abrir una negociación. El asunto no se presenta nada fácil, políticamente, ya que Roger Cerdà, presidente del COR, está rodeado de un equipo forjado por el enemigo, pues los técnicos que confeccionan informes a la baja son los mismos que reclutó el anterior presidente del PP, Vicente Parra, quién debería responder de los desfalcos que su torticera gestión ocasionó. Damnificó con saña a la Mancomunitat de la Vall, al resultar injustamente hostigada durante el mandato de Parra, quién estuvo arropado por la complicidad de unos técnicos que ahora aún siguen chupando del bote público. Fue a base de unos pérfidos informes, bañados de pestilente legalidad. Por todo ello el desafío que tiene por delante Cerdà es de mucha enjundia, al tener que cuadrar un círculo de 600.000 euros, que unos técnicos dudosos cuantifican solo en 81.000. « Guate, aquí hay tomate».

Lo que también dibuja negros nubarrones en el horizonte para los representantes políticos valldalbaidins. Que de ceder en la deuda contrastada, en la presunta negociación con el COR, corren el riesgo de que los vuelvan a llevar al huerto, y se queden con el culo al aire. Como bien sabe el gobierno de Ontinyent, antes de que empezara a sonar la nueva versión de Volver, ya que las renuncias y la delegación del Pla de Minimització de la Mancomunitat al COR está levantando recelos y críticas fundadas por las demoras, en estos lares. Por tanto, las declaraciones del presidente de la Mancomunitat, Vicent Gomar, al calificar de «imposición perjudicial» una arbitrariedad que se perpetró en 2012 contra los municipios de la Vall, no debería quedar impune.

Alcalde de Aielo. Independientemente de la suerte que tenga el recurso presentado por el PSPV de Aielo de Malferit contra el concurso para secretario municipal, a causa de optar a dicha plaza el propio alcalde del PP, José L. Juan Pinter, cabe decir que estamos ante un reiterado atropello contra la moralidad y los valores democráticos. Que opte a una plaza cuyas bases y el jurado han sido redactadas y nombrado por el mismo Pinter, lo descalifica, por amoral, para ejercer tan digna representación.

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