Un humo disperso pero a veces muy denso se apoderó ayer de gran parte de los términos de la Costera, la Canal y la Vall y de los términos lindantes, en especial de la Ribera. Cientos de personas creyeron que se trataba de algún incendio forestal. Pero aunque por el humo se sabe donde está el fuego, como dice la canción, ayer esta máxima no era cierta. Todo apunta a que la procedencia era la polémica quema de la paja del arroz. Pese a que ésta se produce a decenas de kilómetros de localidades como Xàtiva, ya que estas quemas tienen lugar en la Ribera Baixa y en el entorno de la Albufera de Valencia, las condiciones meteorológicas producen, en algunas ocasiones, caprichosos movimientos de las masas de aire o estancamientos de la misma. Y eso es lo que ocurrió ayer, según todos los indicios.

Fuentes policiales consultadas por este diario ayer aseguraron que no se produjo ningún fuego en la zona ni el 112 de Emergencia recibió aviso alguno para movilizar los efectivos antiincendios. Tampoco los bomberos. Sin embargo, por ejemplo en el retén de la Policía Local de Xàtiva se atendieron numerosas llamadas de vecinos alertados por la humareda. Testimonios a los que tuvo acceso este diario señalaron su preocupación por la visión oscurecida del horizonte,»como si estuviera muy nublado y borroso. Da hasta un poco de ansiedad», subrayaban.

Curiosamente, el secretario autonómico de Medi Ambient, Julià Alvaro, señalaba en su perfil en redes sociales que «hemos acordado una reducción del 60% en las cremas de la paja del arroz en la Albufera sin gritos, descalificaciones, ni protestas. Administraciones, agricultores, universidades, ecologistas, pescadores...». Según Álvaro, «el acuerdo satisface todos. Ahora toca hacer el seguimiento del proceso e ir buscando [...] alternativas a la quema». Ayer, no fue así.