La tasa de criminalidad en la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida se sitúa por segundo año consecutivo en 24 delitos por cada 1.000 habitantes y se mantiene como la más baja de la provincia de València. Durante el discurso que centró el acto protocolario de la festividad del Pilar, el capitán-jefe de la compañía de la Guardia Civil de Xàtiva (que engloba a 61 municipios de las tres comarcas), Antonio Carrillo, puso ayer el foco en este dato, junto al «significativo incremento» del índice de esclarecimiento de hechos delictivos -se resuelven entre un 40 y un 50% de los casos- a la hora de hacer repaso de la actividad desplegada en 2017.

La conmemoración de la patrona quedó deslucida por la suspensión de las actividades lúdicas que suelen programar los cuarteles. No hubo vino de honor, ni comida de hermandad ni competición de tiro, en un gesto hacia los agentes destinados a Cataluña que «no han podido disfrutar de la festividad de la patron», tal como indicó Carrillo. En la compañía de Xàtiva, cuatro guardias civiles enviados de refuerzo a territorio catalán regresaron el miércoles y está previsto que se produzcan relevos en unos días. El cuerpo solicitó voluntarios y, aunque muchos acudieron a la llamada, se seleccionaron los perfiles considerados más idóneos.

El conflicto territorial impregnó el parlamento del capitán y desplazó el habitual balance de las actuaciones desempeñadas a lo largo del año. Carrillo dedicó buena parte de sus palabras a recordar a aquellos agentes «que prestan servicio a España en Cataluña», que «han sido menospreciados de manera injusta» y «soportan de forma estoica y ejemplar los insultos y agresiones y que los señalen como objetivo de escraches», prosiguió. El mando hizo hincapié en «la valentía» de los guardias civiles «a quienes miramos con respeto y admiración» y apeló al «sentimiento de unidad y orgullo de pertenencia a la institución», agradeciendo a continuación las muestras de respaldo de la ciudadanía. «La Guardia Civil nació en una etapa convulsa para actuar como elemento vertebrador, dar seguridad a los españoles y permitir que el país se desarrollase», remachó Carrillo, para concluir su intervención con una soflama: «Hoy más que nunca hay que gritar: viva España, viva el Rey y viva la Guardia Civil». El capitán-jefe también destacó la mejora de los datos de delincuencia y esclarecimiento de denuncias, que atribuyó «al trabajo abnegado de los agentes en prevención, seguridad ciudadana y vial, pero también al papel de las unidades de investigación».

Dos condecoraciones

Después de la misa en el patio del cuartel presidida por el abad de Xàtiva, José Canet, la izada de bandera abrió el acto institucional, en el que fueron condecorados con la cruz con distintivo blanco el cabo primero del destacamento de Tráfico, Antonio José Fernández, y el agente Marcos Rafael González, en reconocimiento a una serie de méritos cosechados en acto de servicio. El Grupo Guerola, empresa con sede en Ontinyent dedicada a la construcción y conservación de infraestructuras, también recibió un reconocimiento por su «colaboración desinteresada con la Guardia Civil».

El capitán entregó a la viuda del exsargento de Tráfico Juan José Cano una placa en homenaje al recientemente fallecido, que, tras sufrir una enfermedad, fue despedido a finales de septiembre en un multitudinario funeral en Xàtiva. Carrillo recordó a Cano, de 43 años, como «una excelente persona y un profesional de reconocido prestigio». Dos agentes depositaron a continuación una corona a modo de tributo a los compañeros «que dieron la vida por España».

El evento congregó a numerosos asistentes, entre ellos los alcaldes de Novetlè, Llocnou, la Llosa de Ranes, , Barxeta y Xàtiva; la juez de instrucción Susana Company; las Falleras Mayores de Xàtiva y diversos representantes de la Junta Local Fallera, de la falla Selgas-Tovar y del mundo empresarial.