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Cáncer

Este pasado domingo, a una hora a la que otros domingos la calle está todavía desocupada y perezosa, ocupó la misma una muchedumbre rosada, marchosa y nada silenciosa. Fueron más de 2.700 personas, que aportaron casi 14.000 euros a la entidad organizadora, vestidas para la ocasión y fieles a una cita que no admite discusión.

Era la IV Carrera y Marcha Solidaria Contra el Cáncer de Xàtiva y el numeroso público participante, con su presencia, manifestaba que hay cosas que no admiten colores, porque son blancas o negras, vida o muerte; que son polos entre los que la elección es fácil. Son batallas que no excluyen a nadie, que se comparten con naturalidad y sin buscarle tres pies al gato, porque a nadie le son ajenas ya que no hay persona que está libre de ellas.

Ver a quienes corren, mujeres y hombres, pletóricos de energía, dando largas zancadas, respirando como locomotoras y midiéndose contra ellos mismos tiene siempre algo de fascinante. Pero más lo es presenciar el imparable y ruidoso avance que vino después, esa masa humana rosada, bulliciosa y llena de energía, formada por hombres y , sobre todo, muchas mujeres que enfundadas en sus mallas y dorsales, desfilaban manejando „con pericia, en muchos casos„ carritos con criaturas felices e inocentes. Los más mayorcitos también desfilaron en patinetes o en bicis, agarrados de la mano de sus progenitores, llenos de energía con toda una vida por delante. Difícil olvidar que cada año 1.400 criaturas contraen esta enfermedad que es la primera causa de muerte hasta los 14 años.

Cada año fallecen en España 100.000 personas a causa del cáncer y se prevé que una de cada tres sea diagnosticada de tal enfermedad en el futuro. Y por eso la lucha contra esta enfermedad, fundamentalmente centrada en la investigación, debe ser una prioridad indiscutible que debiera recibir por parte del Estado toda la financiación que sea necesaria. Está en juego el derecho a la salud. Y todas las demás aspiraciones vitales, se posicionan siempre detrás. Eso explica iniciativas tan positivas como la campaña de recogida de firmas que pide que en la declaración de la renta exista una casilla para destinar el dinero a la investigación contra el cáncer, del mismo modo que se da la opción de marcar la de la Iglesia o fines sociales. El hecho es que España, que era un país puntero en investigación y presume ahora de haber dejado atrás la brutal política de recortes, es hoy, según avisa el doctor Barbacid, un país situado a la cola del mundo desarrollado en la investigación de esta enfermedad. Si la salida de la crisis no implica la recuperación de los mismos niveles de investigación que antes, no hay mucho que celebrar.

Afectará a un 40%

Dicen las frías estadísticas que un 40% de los hombres y un 35% de mujeres sufrirán algún tipo de cáncer en 2020. Y sin desmerecer en absoluta la importancia de participar en carreras, llevar lacitos, organizar cenas o maratones benéficos o el esfuerzo individual de aportar pequeñas y dignas cantidades, lo cierto es que así no se cura el cáncer. Salvar sus vidas depende sobre todo de una política de I+D encaminada a facilitar tratamientos eficaces, como resultado de investigaciones públicas no dependientes de la industria farmacéutica. Reducir esas cifras tan amenazadoras será consecuencia mayormente de los resultados de largas y costosas investigaciones que deben ser financiadas, sin ningún tipo de recortes, a través de los Presupuestos del Estado. Y ahora mismo, estos presupuestos están pendientes de aprobación y nos aburren con sus cifras incomprensibles. Pero hay que mirarlos con mucha atención, estudiarlos detenidamente. Porque ahí es donde realmente nos la jugamos.

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