Un sencillo acto civil en la Casa de la Cultura de Vallada despedirá esta tarde a uno de los últimos mandos militares valencianos que combatieron al lado del Ejército Republicano en la Guerra Civil. José María Tortosa Gómez falleció ayer a los 103 años de edad en su localidad natal, muy lejos del ambiente hostil que le tocó vivir el 29 de julio de 1936, cuando un grupo de oficiales del batallón de Zapadores partidarios de Franco se sublevó en el cuartel de Paterna, donde él custodiaba el polvorín.

El sargento de Chella Carlos Fabra logró abortar la insurrección en una de las gestas más recordadas por el bando republicano. Tortosa, que compartió Compañía con Fabra y colaboró décadas más tarde en la repatriación de sus restos mortales a Chella, tenía 22 años cuando decidió mantenerse leal al juramento que había contraído con los valores de la República. Durante la contienda, su participación en la toma de Teruel le valió el ascenso a teniente por méritos de guerra. Suya fue la idea de cortar troncos a ambas orillas del río Guadalquivir para formar puentes y que las tropas pudieran cruzar el cauce. Así ahorró tiempo y permitió neutralizar más rápidamente al enemigo, minimizando las bajas.

Con la derrota del ejercito republicano, Tortosa tuvo que abandonar su carrera militar y regresar a su pueblo con su novia María, con la que terminaría compartiendo toda su vida. No se libró de las represalias. En Vallada fue apresado en 1939 y se pasó encerrado 10 meses, primero en la cárcel de Enguera y luego en la prisión Modelo, tal como él mismo relató en 2006 al periodista Paco Cerdá en estas mismas páginas. Cuando recuperó la libertad, Tortosa cambió el uniforme militar por el mono de carpintero y contribuyó a engrandecer la industria local del mimbre. A pesar de los tormentos físicos y anímicos por los que pasó, hasta ayer era uno de los últimos testimonios directos de la Guerra en la Costera. Hasta sus últimos días no dejó de instruirse en los valores humanistas y republicanos. En su nombre no se oficiará ninguna misa. Después del pequeño homenaje que recibirá esta tarde en la Casa de la Cultura de Vallada (17 horas), los restos de Tortosa serán incinerados en Xàtiva.