La llama de Vanessa Ferrer se mantiene viva en Chella. Cuando se cumple el primer aniversario de la muerte de la menor, cientos de vecinos se concentraron ayer en masa en la plaza central del municipio para luchar contra el olvido, hacer memoria del crimen que segó su vida con solo 15 años y arropar a los familiares, también presentes. «No estáis solos. Mucha gente se solidariza con vosotros y os apoyará hasta el final para que haya justicia para Vanessa». Así habló Natalia Talón, una amiga cercana a la familia que se encargó de introducir el acto.

Para ello tuvo que retroceder al 28 de octubre de 2016, el día en que el cuerpo de la niña fue hallado en las profundidades de una sima de la población después de varias horas desaparecida. «Siempre habrá un antes y un después», dijo, del «trágico suceso» que «ha marcado profundamente a todos los vecinos» de una localidad que «nunca se había enfrentando a una situación de tal magnitud». «No quiero dar lecciones a nadie, pero nos tiene que quedar muy claro que la única victima con mayúsculas de lo sucedido se llama Vanessa Ferrer Ciges», clamó a continuación. Natalia denunció que, pese a los conflictos que puede sufrir cualquier adolescente a esa edad, «todos hemos ido encontrando nuestro camino y nadie se ha interpuesto para cortarnos las alas ni acabar con nuestra vida».

Las heridas del crimen siguen abiertas en Chella y aún tardarán en cicatrizar. Durante el homenaje, no hubo ninguna referencia directa al autor confeso del estrangulamiento que provocó la muerte de la menor, Rubén, un chico conflictivo del pueblo que fue enviado de manera preventiva a prisión el 31 de octubre y, con 22 años cumplidos, sigue esperando a sentarse en el banquillo por los hechos.

Recuerdo muy presente

Ayer solo había tiempo para devolver a Vanessa a la vida por un instante. Su imagen luminosa y sonriente se adueñó de la plaza. Los familiares repartieron pulseras recordatorias entre los asistentes, que llenaron de dedicatorias un altar improvisado con flores y un colorido mural repleto de fotografías de la adolescente. Cinco amigas quisieron invocar su recuerdo echando mano de los versos de Benedetti, de palabras cargadas de emoción que terminaban interrumpidas por la infranqueable nostalgia, por los nudos en la garganta y las lágrimas. «He optado por seguir aún contigo a mi espalda, esperando a que abras las alas y me contagies tu vitalidad», se dirigió a ella Julia, una de sus amigas. «Una parte mía siempre estará contigo», hizo lo propio Laura. La hermana de la víctima, Alba, tampoco pudo evitar derrumbarse mientras miraba atrás para rememorar los momentos compartidos.

La introductora del acto, al que también asistieron el alcalde de Chella y las alcaldesas de Bolbaite y Navarrés, tuvo «palabras de cariño para las amigas y amigos de Vanessa, demasiado jóvenes para soportar tanto dolor, y para todas víctimas colaterales que no forman parte de ninguna estadística». «Sé que habeis sufrido mucho. ¿Cómo no añorar a Vanessa, tan alegre, divertida, humana y amiga de sus amigos? Hay quien se va y no vuelve, pero otros son capaces de ser incluso sin estar», concluyó Natalia, animándoles a «seguir adelante» porque «la vida continúa».