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La ausencia de perdices en Fontanars sorprende a los cazadores al abrirse la veda

Diversas causas como el calor o la transformación del paisaje dejan un balance de los primeros días de caza que quizá haga replantearse el permiso

Imagen de archivo de Fontanars dels Alforins. perales iborra

Los primeros días de caza en Fontanars dels Alforins, cuya veda para la perdiz se abrió el pasado día 5, están siendo para olvidar. Tan es así, que muchos cazadores han optado por no renovar el talón de caza ante el desánimo de muchos de ellos, como reconoce Juan Carlos Bataller, miembro de la junta directiva de la sociedad de cazadores L'Alforí. «De entre las cerca del centenar de escopetas que salieron a cazar el primer día no se abatieron ni media docena de perdices entre todos», asegura apesadumbrado Bataller.

Las razones de esta falta de perdices en el campo hay que atribuirla a la abundancia de alimañas, sobre todo, jabalíes, cuya población ha crecido enormemente al no tener depredadores naturales. También al intenso calor que ha hecho durante el verano, cuyas altas temperaturas se han prolongado hasta bien entrado el otoño, e igualmente a la falta de lluvias. Pero, sobre todo, al cambio de hábitat.

Antes Fontanars era una zona muy buena para la caza. No era difícil regresar a casa con una buena percha de perdices en el zurrón. Pero el paisaje ha cambiado sustancialmente. Donde antes había viña en vaso ahora se levantan enormes palos con alambres en espaldera, donde la perdiz ya no cría. Los tratamientos fitosanitarios y, sobre todo, los herbicidas han sido letales para la fauna salvaje. No se explica de otra forma de cómo habiendo bandos de perdices en la primavera, aunque no muy numerosos, al abrirse la veda no haya quedado ninguno o solamente muy pocos.

A pesar de que el cupo por cazador y día era de una perdiz, la mayoría, como se dice en el argot cinegético hizo "pala" y no abatió ninguna patirroja. Ante esta situación L'Alforí debería plantearse, si no es más aconsejable en estos momentos, cerrar la veda para la perdiz y dejarla abierta solo para el conejo, la liebre y el tordo a la espera de que la situación mejore y la perdiz se recupere.

Hay quien sostiene, sin embargo, que eso tampoco garantiza que el año que viene sea bueno desde el punto de vista cinegético porque son muchos los factores que intervienen en la cría de perdices para que un coto se repueble de manera natural. Pero en lo que sí parecen estar todos de acuerdo es que la base fundamental es una buena gestión cinegética. Y eso se hace tomando medidas, por drásticas que puedan parecer a priori. Pensando siempre en el bien y en el interés de la caza, apuntan quienes conocen de verdad lo que es la caza.

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