La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha dado vía libre al Ayuntamiento de l'Alcúdia de Crespins para recuperar el Riu Nou como zona de baño y esparcimiento 13 años después del accidente mortal que se cobró la vida de un niño en el antiguo azud sobre el cacuce del Sants. Aunque de momento solo existe un borrador de la intervención planteada, las autoridades municipales salieron de la reunión mantenida el jueves con el comisario de Aguas anunciando el «desbloqueo institucional» de una reivindicación largamente demandada.

Fue la propia CHJ la que desmanteló la piscina creada en la década 1980, abriendo una brecha en la presa y prohibiendo el baño, después de que un menor falleciera en 2004. La tragedia conmocionó a la población. Desde entonces, el abandono se ha adueñado de la infraestructura, que permanece prácticamente seca todo el año.

Pese a los reiterados intentos por revitalizar el enclave, toda actuación promovida por el consistorio se ha topado con un muro. En 2008, el anterior gobierno municipal del PP anunció la inminente reconstrucción del azud derribado con un proyecto que cifraba en 90.000 euros el coste de la obra. La promesa no llegó a materializarse por la continua negativa de la CHJ. Entonces, el organismo de cuenca alertó de aque la intervención propuesta podía provocar «afecciones importantes» en el dominio hidráulico y reducir la sección de desagüe del cauce derivado del relleno del lecho, una circunstancia que conduciría a una alteración del curso natural de las aguas y obstaculizaría su paso.

El clima ahora parece ser otro. El bipartito PSPV-Compromís ha retomado las negociaciones con la CHJ para reconducir la situación y, de momento, las conversaciones navegan con una corriente favorable. Aunque por ahora solo existe un esbozo y la intervención no está cuantificada económicamente, el alcalde de l'Alcúdia de Crespins, Josep Garrigós subraya que ya se ha iniciado la redacción de un nuevo proyecto de rehabilitación del arroyo. Los planes del equipo de gobierno se alejan del antiguo sistema de piscinas, que se reemplazará por dos presas escalonadas hechas con piedras que retendrían el agua para garantizar un nivel adecuado de caudal, pero con una profundidad muy inferior a la que existía con anterioridad: de una lámina de 170 centímetros de altura se pasaría a otra de 70 cm. Los trabajos, además, recuperarían las riberas del río, eliminarían el cemento actual en la zona y garantizarían la seguridad del baño.

Necesario caudal ecológico

Siguiendo las indicaciones de los técnicos de la Confederación, el ejecutivo toma como modelo el embalse de Montanejos, que los representantes municipales visitaron recientemente para recoger ideas. En un escenario optimista, el alcalde ve factible que las obras comiencen en 2018, con la esperanza de que los bañistas puedan volver a disfrutar del Riu Nou el próximo verano. Aunque todavía no hay un presupuesto encima de la mesa, la CHJ se ha mostrado dispuesta a ayudar económicamente en el acondicionamiento de la nueva infraestructura. Para Garrigós, la valoración de la última reunión es «tremendamente positiva». «Estamos muy contentos de haber conseguido un objetivo prioritario de la legislatura, muy sensible entre la población», resume. Eso sí, la recuperación de la zona de baño, advierte, ha de ir ligada a otra demanda pendiente no menos imprescindible que pasa por garantizar un caudal ecológico en el Riu Sants. Para ello, resulta vital llegar a un acuerdo con los regantes que explotan la masa de agua, los cuales están dispuestos a sentarse a negociar. «Si hacemos presas pero no hay agua, nos quedamos igual», observa el edil.

El consistorio ha arrancado a la entidad estatal el compromiso de limpiar el cauce con máquinas especializadas para retirar las cañas que lo invaden, con la condición de que la corporación municipal se encargue del mantenimiento posterior. Otro objetivo del futuro proyecto es la rehabilitación del entorno del nacimiento y, sobre todo, del cajón agrietado.