La concejalía de Parques y Jardines de Ontinyent procederá los próximos días a la retirada de 17 de los 27 árboles existentes en la plaza de la Concepció, debido al riesgo de caída de sus ramas. Un informe técnico del departamento de Medio Ambiente advierte de la conveniencia de sustituir los nueve ejemplares existentes de Melia azedarach grandes lo más pronto posible, así como los ocho Ligustrum Licidum más envejecidos.

El concejal de Parques y Jardines, Manuel Cuesta, visitó ayer la zona junto a la técnica Deva Sanz para explicar a los medios que estos árboles «son ejemplares muy viejos, todos de más 50 años, que desde hace tiempo que vienen siendo observados cuidadosamente por el estado que presentan. Siempre es lamentable talar árboles de esta edad pero han cumplido sobradamente su ciclo vital y las situaciones de peligro que pueden provocar son incompatibles con su permanencia en la vía pública», señalaba el regidor ayer.

La Melia azedarach (melia) es un árbol de crecimiento rápido pero no muy longevo, ya que el final de su vida está en torno a los 60 años, una edad que han sobrepasado estos ejemplares, que han llegado a 70. Además, es una especie propensa a sufrir roturas de ramas por la densidad de su madera. Cuesta apuntaba que actualmente muchas ramas de las melias que quedan para sustituir presentan grandes podredumbres en sus uniones con el tronco. El edil añadía que «dado el agravamiento del problema y los desequilibrios estructurales en las copas, los ejemplares de melia presentan una alta predisposición a la caída que se constata por parte de los técnicos, y que hace necesaria su sustitución por evitar daños a personas y bienes. Para sustituir estos ejemplares, y atendiendo al mismo informe, se ha optado por otra especie, Morus Alba Fruitless o morus alba sin fruta, «un árbol de crecimiento rápido y de trasplante relativamente fácil si fuera necesario, una especie avalada por los técnicos que a más aumentará rápidamente su tamaño», señalaba Cuesta.

Por otra parte, hay dos Ligustrum lucidum que tienen la mitad de su ramaje seco y los que quedan de la primera plantación de la plaza están muy deformados con estructuras débiles, grietas verticales y cortes de poda mal cicatrizados. El concejal añadía que «estos árboles ya no cumplen su función estética y tampoco ofrecen los beneficios ambientales de un árbol vigoroso, por lo que también se sustituirán, en este caso otros jóvenes.