La Generalitat licitará en breve la redacción del proyecto de conexión entre la CV-60, la N-332 y la AP-7 para acabar con el cuello de botella actual y vertebrar la franja costera y las comarcas de interior de La Costera, La Vall d'Albaida, La Canal de Navarrés. Teniendo en cuenta que el 1 de enero de 2020 la autopista AP-7 será gratuita, era lógico que la administración autonómica diseñara infraestructuras para que esa importantísima vía de comunicación estuviese conectada con otras carreteras comarcales y, así, lograr un objetivo que parecía que nunca se iban a cumplir: que los coches y los camiones no tengan que atravesar necesariamente los cascos urbanos de varias localidades como Bellreguard, Palmera, l'Alqueria de la Comtessa u Oliva.

Esa buena noticia es la que vino a presentar ayer a Gandia la consellera de Infraestructuras, María José Salvador, y para ello convocó no solo a los alcaldes de la Safor, sino también a asociaciones empresariales. En resumen, Salvador explicó que su departamento ya ha encargado la redacción del proyecto, por valor de 265.000 euros, aunque lamentablemente ese trámite se prolongará cerca de dos años. La solución diseñada es relativamente sencilla y, además, puede que sea la más barata de ejecutar, algo que siempre debe tenerse en cuenta en estos tiempos de deuda e infrafinanciación

Según la consellera, los técnicos van dibujar una carretera que partirá desde la rotonda de Beniflà, donde acaba la autovía que llega desde l'Olleria, que conectará, entre Rafelcofer y la Font d'en Carròs, con la autopista AP-7. El segundo ramal seguirá hacia la rotonda situada entre Gandia y Bellreguard, correspondiente a la carretera N-332, desde donde también parte el acceso sur al puerto de Gandia, en obras.

Ese nuevo vial, para cuya ejecución los primeros análisis valoran en unos 60 millones de euros, mata un montón de pájaros de un solo tiro. Por una parte, da salida a la autovía de l'Olleria, que hoy termina en una carretera local. Por otra, conecta todo el tráfico del interior con las principales vías de comunicación de alta capacidad que discurren paralelas a la costa, entre ellas la autopista. Y en tercer lugar, el hecho más esperado por decenas de miles de personas, sacará el tráfico rodado de los núcleos urbanos, una tortura que hoy se traduce en contaminación atmosférica y acústica, amén del riesgo de accidentes y pérdida de calidad de vida.

Después de señalar que el Consell de la Generalitat y el conjunto de la sociedad de la Safor «no quiere más prórrogas del peaje de la AP-7», la consellera Salvador dijo que hace meses planteó al Ministerio de Fomento que ambos departamentos estudiaran las conexiones de las carreteras para aprovechar al máximo la autopista como corredor del litoral valenciano y así no tener que construir más rondas de circunvalación, como la que la que el sur de la Safor espera desde hace décadas.

Salvador reprochó al Ministerio de Fomento que no contestara a su petición, de manera que ha sido la Generalitat la que dé el paso y presente no solo la intención, sino el encargo para redactar este proyecto que deberían financiar las dos administraciones, la autonómica y la del Estado, porque de ambas son las carreteras que se van a conectar.

La propia consellera de Infraestructuras, atendiendo a la importancia que este proyecto tiene para la Safor, se encargó de adelantar qué dirá el ministerio cuando se le plantee la financiación conjunta de la obra. «No esperamos una respuesta negativa».

En realidad, con esta obra la Generalitat y el Gobierno de España van a ganar dinero. Por una parte, la Conselleria de Infraestructuras tiene proyectada la prolongación de CV-60 hasta Oliva. Y el Ministerio de Fomento mantiene en su planificación la ronda de circunvalación de Oliva. Esas dos actuaciones, que quedarían anuladas, cuestan mucho más que los aproximadamente 30 millones de euros que deberían poner para ejecutar la infraestructura presentada ayer y así aprovechar la autopista como gran arteria de comunicación. Ambientalmente también se gana, dado que usará mucho menos terreno y el impacto también se minimiza.

Horizonte 2020 y a más

Lamentablemente esa obra no estará el 1 de enero de 2020, cuando la autopista pasará a ser gratis, pero al menos se ha puesto la primera piedra para acabar con un problema histórico de la comarca.

Si todo se cumple, en el plazo de tres o cuatro años la AP-7 dispondrá de cinco conexiones con las carreteras de la Safor. Empezando por el norte, la de Favara, que da acceso a la Valldigna. Después el actual peaje de Xeresa, que desaparecerá con la gratuidad de la autopista. Le seguirá el de Gandia, anunciado ayer por la Generalitat, y, finalmente, los dos de Oliva. El actual situado al norte del casco urbano y el del sur que el Ministerio de Fomento va a construir para unir la AP-7 con las carreteras de Pego y la N-332.

Tanto la alcaldesa de Gandia, como el presidente de la Mancomunitat, y el presidente del Consorcio de las Comarcas Centrales, Toni Francés, que intervinieron en el acto, se felicitaron por el anuncio de la consellera.