La climatología sigue jugando malas pasadas a la agricultura. Si cuantiosos han sido y son los daños provocados en el sector agrario por la pertinaz sequía y las heladas causadas por el brusco descenso de las temperaturas, a estos perjuicios habrá que añadir los no menos considerables efectos ocasionados por el temporal de viento que ha azotado recientemente a la Comunitat. Las fuertes rachas, donde en algunas localidades de la Ribera han llegado a alcanzar valores cercanos a los 100 kilómetros por hora, han provocado un deterioro en las cosechas, como el «rameado», que son las heridas que producen en la piel del fruto los golpes de las ramas movidas por el viento, y la caída de diversas producciones al suelo, sobre todo de clemenvillas y hernandinas.

La primera variedad ha sido la más castigada, de hecho, según los primeros cálculos de la Asociación Valenciana de Agricultores ha afectado de media entre el 50 y 60 % de la que quedaba pendiente de recolectar. El aire también ha mermado la hernandina y otras variedades como la nadorcott, la lane late y las valencias. «Las oscilaciones en los termómetros que se han registrado durante este mes de diciembre, con jornadas de bajas y altas temperaturas, debilitaron las naranjas, y el viento las ha acabado de rematar», aseguró Bernardo Ferrer, vicepresidente de AVA.

Según el secretario comarcal de La Unió, Jose Carlos Martínez, todavía es pronto para cuantificar los daños de la borrasca. «Las zonas con naranja más tardía son las que se verán más afectadas, sobre todo por la piel, aunque todavía no tenemos datos exactos. En el momento de las peritaciones se sabrá el alcance real», explicó.

Destino de la fruta

Toda la cosecha estropeada, al no poderse comercializar, será destinada a la industria del zumo, y los agricultores están molestos por las presiones a la baja del precio que se están comenzando a detectar por parte de los compradores, según informó AVA.

Asimismo, la organización ha dirigido un escrito a los grupos municipales de todos los ayuntamientos para pedirles que trasladen a los plenos de sus respectivos consistorios una solicitud destinada a la aprobación de mociones dirigidas, tanto al Gobierno como a la Generalitat, en las que se reclame la puesta en marcha de medidas compensatorias con el objetivo de aliviar la difícil situación que atraviesa el sector agrario. «Este temporal ha sido la guinda a un año complicado. Los labradores seguimos sumando pérdidas, algo que parece ser ya algo habitual», sentenció Ferrer.