En medio de un panorama desolador extremadamente lastrado por la dura sequía, la campaña de la aceituna está deparando pequeñas alegrías al sector agrícola en la entrada de 2018. Mientras la recolección enfila la recta final en las comarcas de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida, los primeros compases del año vienen marcados por la estabilidad de las cotizaciones y de las ventas, así como por la gran calidad de los zumos obtenidos y los excelentes rendimientos que proporcionan los almacenes de producción.

«La campaña está siendo muy buena, con rendimientos históricos. En 25 años no había obtenido porcentajes tan elevados, ni tanto aceite». El oleicultor de Vallada y secretario comarcal de La Unió de Llauradors en la Costera-Canal, Julián Úbeda, resume así el optimismo de los productores tras la negra temporada de 2016/2017. El efecto de la sequía y la ausencia de mosca han influido en que la oliva esté «muy sana». Úbeda sitúa los rendimientos de su almazara en el 23% de media, tres puntos por encima del año pasado y 6 más que hace dos.

Los precios también están acompañando, entre otros factores por la merma de cosecha en Andalucía. Según las últimas cotizaciones, el aceite de oliva oscila entre los 3,20 y los 3,60 euros el kilo en el mercado agrario. Hace un año por estas mismas fechas, el precio para el agricultor variaba entre los 3,08 y los 3,45 euros/kilo.

La cuadratura del círculo se hubiera producido de no ser por los dos episodios de pedrisco que en junio y septiembre echaron a perder 5 millones de kilos de olivas en las tres comarcas (2 millones en diferentes poblaciones de la Costera y otros 2 solo en Enguera), con un balance de 6.000 hectáreas afectadas. Los daños se registraron fuera del periodo de cobertura del segura y generaron pérdidas. Aunque la producción se ha incrementado de media un 70% respecto a la pasada campaña, no ha alcanzado las expectativas que había depositadas en un principio y ha disminuido respecto a hace dos años.

Mejora de servicios y tecnología

En la Cooperativa Campo Enguera confían en rebasar los seis millones de kilos molturados a finales de mes, cuando se espera haber completado la recolección. Sus responsables calculan que el granizo del pasado verano mandó al traste aproximadamente un 20% de la cosecha que se esperaba. En la entidad coinciden en que se están obtenido «rendimientos muy altos» y una «muy buena calidad», aunque echan en falta una mayor producción. «Esta era una campaña para hacer más de 8 millones de kilos», lamentan. De momento, Campo Enguera sigue registrando una entrada diaria de entre 50.000 y 60.000 kilos de aceituna.

Los últimos temporales de viento no llegaron a afectar a la cosecha porque prácticamente el 90% de la oliva ya estaba recogida, tras adelantarse la temporada.

Respecto a la campaña citrícola, la navelina también se encontraba recolectada al 95%. En este caso, los precios igualmente están siendo bastante aceptables, lo que se hace extensible a las naranjas tardías. Las peladoras están abonando mejor el fruto que los comercios (4,20 euros de media el cajón), una situación que hace que prácticamente ya no haya producción en los árboles, cuando el año pasado por estas fechas solo se había recogido un 70% y buena parte se acabó en el suelo. Aún así, la cosecha ha disminuido un 35%.