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Más impuestos, más inversiones dudosas

Para no cargarle el muerto al escaldado ciudadano de la Vall d'Albaida, los regentes del COR va y se lo endosan a los comercios y pymes de la comarca. La protesta justificada y cargada de razones, ante un incremento para este año de más de un 20%, por parte de la asociación Coeval, ha sido contundente. No en balde esgrimen que dicha mordida significará «un lastre que menguará la competitividad y el empleo».

Mientras tanto, el Pla de Minimització no tiene quien le escriba, y menos a quién lo active. Las desgracias que se derivan para la ciudadanía valldalbaidina no paran de crecer. Sin duda al mal fario que representa estar sometidos al deficiente paraguas del COR.

Es una patata caliente, la de los residuos urbanos, que los gobernantes resignados de la Vall han aceptado como mal menor, pero que a la postre y de forma desmedida, vienen pagando los contribuyentes valldalbaidins. Ya que si la Vall aún tenía que completar sus instalaciones, la solución ha ido a parar a guatapeor. Toda vez que el COR, además de carecer de ninguna instalación, al tener que gestionar mayor volumen de basuras, tiene que incrementar los gastos, al tener que depositarlos en plantas cada vez más alejadas. Encima, el tema de los ecoparques ambulantes, al parecer impuesto su servicio desde la Generalitat, ha disparado el presupuesto del COR, el cual ni corto ni perezoso lo está haciendo repercutir de forma bastante arbitraria. Mientras, nos acercamos al tercer año del actual cuatrienio, y la planta de Bufali, entre la desidia de unos y otros, sigue sin abrirse, con el agravante que representa.

Y si en el anterior asunto no parece que en el gobierno de la Generalitat ande con tino y pericia, si atendemos a este titular del pasado martes: «El Servef de Ontinyent invierte más de 400.000 euros en renovar su cubierta», nos llevaremos al asombro y a la perplejidad. Sí, porque este centro que cuando se inauguró hace casi tres décadas, abrió muchas expectativas, con el paso del tiempo se fueron diluyendo. El proyecto ahora anunciado no contempla la instalación de paneles solares para el autoconsumo energético. Ni menos un rediseño e impulso de este centro formativo. Ya que podríamos estar asistiendo a que se gasten un potosí procedente de los impuestos ciudadanos, sin saber si el centro estará al 10% o al cien por cien de sus prestaciones. Este centro de formación laboral ha sobrevivido durante los últimos lustros sin saberse públicamente si realizaba alguna labor o, por el contrario, se había convertido en un inmueble más, perteneciente a las administraciones públicas que, después de haber costado un dineral al erario público, están abandonados o infra utilizados. Así que menos jactarse en dicha inversión, y más revitalizar el centro, más autonomía, más relaciones del centro con el ámbito territorial que dice cubrir, o más adecuación a los nuevos tiempos, ofertando la formación profesional de calidad que las empresas de aquí necesitan, de cara a alcanzar los objetivos con los que fue construido. ¿O es que acaso el Servef se financia con dinero privado? Aunque se inauguró en 1990, y se reformó en 2009, esta es la hora en la que públicamente se desconocen los resultados de tanta inversión. Además, como citaba este periódico; «un centro de formación del Servef que cubre las comarcas de la Vall d'Albaida, la Costera, la Canal y el Valle de Cofrentes-Ayora». Casi nada. Demasiadas comarcas para un centro que, como mucho, ha venido funcionando hasta ahora a ralentí.

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