A la una y media de la pasada madrugada, un ruido atronador levantó de la cama a los vecinos de Vallés. El hundimiento total de la cubierta y la primera planta de una vivienda de dos alturas en pleno núcleo urbano hizo saltar las alarmas. Aunque -afortunadamente- el inmueble lleva varios años deshabitado, el suceso obligó a los bomberos a desalojar la casa colindante, en el carrer Pilota. Una pareja tuvo que abandonarla prácticamente con lo puesto ante el peligro de que los desprendimientos se extendieran a su propiedad.

El derrumbe también se llevó por delante parte de la fachada de la iglesia parroquial Sant Joan Bautista de Vallés, que se encuentra pegada por el otro costado a la vivienda afectada. En su interior se registraron desprendimientos cuyos daños han de ser evaluados. En la relación de agraviados generada por el incidente también figuran dos coches que estaban estacionados en la calle. La peor parte se la llevó un turismo de color negro cuya trasera quedó destrozada por el impacto de los cascotes de la casa, que inundaron la vía. Por suerte, no hubo que lamentar daños personales.

A la espera de cuantificar la totalidad de los desperfectos, el alcalde de esta población de 160 habitantes pegada a Xàtiva, Javier Sisternes, avanzó ayer a Levante-EMV que el consistorio va a requerir a la propiedad del inmueble -que no reside en la población y es de origen extranjero- que asuma los costes de la reparación y elimine el peligro de nuevos hundimientos en la zona. Aunque el estado exterior que presentaba la vivienda era aceptable, una vecina había alertado al ayuntamiento del riesgo estructural que presentaba, a raíz de un desprendimiento previo de menor consideración. El arquitecto municipal, de hecho, se hallaba inmerso en el proceso de recabar documentación para redactar un informe y ordenar a la propiedad una intervención de remozado urgente en el domicilio. Pero no ha dado tiempo.

«Creía que era un trueno»

«Creía que había caído un gran trueno en la calle». Así narra el susto de anoche una vecina que vivió de cerca el derrumbe, que ha provocado daños en el tendido eléctrico y se ha llevado consigo una farola instalada en la fachada de la casa. El alcalde lamenta el gran esfuerzo que representa para un consistorio con tan pocos recursos y sin Policía Local limpiar los cascotes de la vía pública, subsanar los destrozos y localizar al dueño.