El próximo domingo 11 de febrero, los vecinos de Agullent tendrán la oportunidad de visitar parte del Convento de Santo Jacinto. Un edificio del siglo XVI muy emblemático en la localidad que permanece cerrado desde que en 2012 fue abandonado por las religiosas de la orden de las justinianas que lo habitaban.

La sesión de puertas abiertas se ha programado coincidiendo con el acto de traslado del Cristo de la Salud desde la iglesia parroquial de Sant Bertomeu hasta el Convento, que es su lugar originario. Hace cuatro años, la imagen protagonista en las fiestas de septiembre fue trasladada hasta la parroquia cuando el uso del monasterio por parte de las monjas empezó a ser irregular. Ahora, Sant Jacint ha pasado a manos del Arzobispado de València, que garantiza el uso habitual de la iglesia.

Según ha explicado José Manuel Vidal Colomer, responsable de la parroquia, el domingo 11, después de misa de doce, los festeros y festeras del Cristo, acompañados por la banda de música, trasladarán la imagen del Cristo de la Salud hasta la iglesia del convento. Al acabar este acto, se podrá visitar la planta baja del edificio, donde se encuentra el claustro y la zona en la que hacían vida las monjas, así como la iglesia.

Sant Jacint es un monasterio originario del siglo XVI con pinturas atribuidas a Josep Renau, padre del ilustrador y cartelista, que durante la Guerra Civil se convirtió en asilo de refugiados republicanos procedentes de Madrid o Santander. Las últimas tres monjas justinianas que lo moraron -de avanzada edad- cerraron las puertas de lconvento en octubre de 2012, abandonaron Agullent y se reagruparon con la comunidad de justinianas de Cuenca. Mientras tanto, el edificio propiedad del arzobispado sigue vacío.