Una dansà en acción de gracias a San Ramón por haber librado al pueblo de la peste. Ése es el origen de una fiesta popular en Bèlgida que fue evolucionando y enriqueciéndose con el paso de los años hasta convertirse en uno de los carnavales más potentes de la zona. El carnestoltes de esta localidad de la Vall d’Albaida arranca mañana viernes con la recogida de balladors y la primera dansà, a las cinco de la tarde. La cita con la danza más señalada del día se reserva para las nueve de la noche, pero esta vez con disfraces. El alcalde, Diego Ibáñez, no tiene ninguna duda: el carnaval de Bèlgida pasa por un momento álgido y cada vez tiene más repercusión, afirma. De hecho, ya no le influye el famoso carnaval de Pego, «que se celebra en las mismas fechas y que nos quitaba gente. Ahora pese a estar el de Pego, viene mucha gente de fuera también hasta Bèlgida», subraya Ibáñez

El carnaval sumerge a los habitantes de Bèlgida en tres días de diversión que tienen su acto más emblemático, actualmente, en la gran enfarinada. Será el sábado a partir de las cuatro de la tarde y si la nieve no ha llegado a cuajar no importa: el blanco de la harina lo colonizará todo ese día Se trata, explica el alcalde, del acto lúdico más importante de un carnaval que «en tiempos del servicio militar lo organizaban los quintos, y que ahora simplemente corre a cargo de los jóvenes que cumplen 18 años».

Una «dansà» muy arraigada

Después de una jornada como la del sábado, eso sí, la dansà vuelve a adueñarse de Bèlgida el domingo. A las cuatro y media de la tarde arrancará la recogida de balladors y a las cinco, en la plaza del Ayuntamiento, tendrá lugar la llamada Gran Dansà, que despedirá los festejos. Una dansà, apostilla el alcalde, que «ni siquiera en tiempos de la dictadura dejó de hacerse, pese a que en muchos lugares la prohibían o la dejaban de hacer», subraya. Respecto al hecho de celebrar una fiestas en unas fechas tan poco propicias para salir a la calle, el primer edil asegura que el frío «no es problema». Por un lado, explica, la fiesta dels enfarinats «es a las cuatro de la tarde, y aunque haga mucho frío es una hora que se puede soportar, y por lo que respecta a la noche sí que es verdad que en el baile y la discomóvil puede hacer un frío terrible algunos años, como éste por ejemplo, por eso alquilamos una carpa y se hace todo a cubierto», cuenta el alcalde, quien destaca que la fiesta tiene esa fuerza en Bèlgida «por que es una fiesta de todos», recalca.