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Las turbulencias en Medio Ambiente generan incertidumbre en el COR

La conselleria descarta cambios profundos, pero se extiende la incerteza por el retraso del nuevo modelo

Las turbulencias en Medio Ambiente generan incertidumbre en el COR perales iborra

A punto de cumplirse dos años de la asamblea del Consorcio de Residuos (COR) que acordó la paralización definitiva de la planta de residuos de Llanera de Ranes, la Conselleria de Medio Ambiente no solo sigue sin dar carpetazo al proyecto, sino que el nuevo modelo multiplanta que quiere implantar el organismo en el territorio conformado por la Costera, la Canal, la Vall d’Albaida, la Safor y el Valle de Ayora dista de materializarse. En este contexto, el terremoto que ha desembocado en el relevo del secretario autonómico de Medio Ambiente y las turbulencias por las que atraviesa la conselleria han generado cierto desconcierto en el seno del COR y han avivado el temor de los alcaldes a un nuevo retraso en los tiempos que afecte a los grandes retos pendientes, cuando quedan 15 meses para que se termine la legislatura.

La aprobación del nuevo Plan Integral de Residuos (PIR) abriría la puerta a una modificación del plan de gestión del COR de cara a articular cambios de calado en el esquema de gestión. Pero la ley, que se anunció para antes de acabar 2017, permanece atascada en el laberinto administrativo y arrastra una demora que genera inquietud por la sensación de stand by. Mientras tanto, los alcaldes de los municipios que se ofrecieron a albergar infraestructuras de tratamiento comienzan a cansarse de esperar y temen el impacto electoral de un anuncio definitivo con los comicios de 2019 encima.

La falta de instalaciones propias en el ámbito de las cinco comarcas del COR, por otro lado, obliga a distribuir la basura en diferentes plantas a lo largo de la geografía valenciana, lo que provoca un sobrecoste que contribuye a engrosar el recibo de la basura.

El que ha sido nombrado nuevo secretario de Medio Ambiente en sustitución de Julià Àlvaro, Fran Quesada, es un histórico activista vinculado al ecologismo en Ontinyent, además de concejal de esta localidad por Compromís. Tanto en su época de edil de Medio Ambiente como en los últimos meses, en la oposición, se ha caracterizado por su beligerancia en contra de la planta de Llanera y a favor del Plan de Minimización de la Vall d’Albaida, abogando por que esta comarca pueda decidir de forma independiente sobre el destino y el tratamiento de sus propios residuos al margen del Consorcio, al que acusó de disparar los costes.

En mayo de 2017, Quesada votó en contra de la adhesión del Ayuntamiento de Ontinyent al modelo consorciado heredado del PP, difiriendo así del criterio seguido por Compromís en la conselleria, donde Àlvaro jugó un papel importante en el acuerdo histórico por el que el COR y la Mancomunitat de la Vall d’Albaida enterraron el hacha de guerra para activar una solución intermedia consistente en dotar de mayor autonomía a la comarca, pero sin salirse del paraguas del Consorcio. Aunque, por un lado, la procedencia del alto cargo -que pide tiempo para asentarse- podría contribuir a priorizar una solución y a desatascar la grave problemática de la zona V5 (la única sin vertedero de la provincia), en las filas del COR preocupa ese fuerte rechazo al organismo. El mismo día de la designación de Quesada, la entidad pidió una cita para una toma de contacto y afinar posturas.

La conselleria, en todo caso, descarta cambios significativos en la política de residuos y lanza un mensaje tranquilizador: va a continuarse con la misma hoja de ruta.

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