El sector del ajo tierno de Xàtiva se enfrenta a una encrucijada decisiva. La certificación de calidad concedida por la Conselleria de Agricultura representa un desafío que la Asociación de Productores locales acoge «con mucha ilusión» por el horizonte de oportunidades que brinda para adaptar el cultivo centenario más enraizado en la huerta setabense a los esquemas del siglo XXI. Un salto cualitativo que permitirá comercializar la hortaliza bajo una marca distintiva, abrirla hacia nuevos mercados, captar subvenciones y combatir la pérdida de rentabilidad.

Ahora bien, no todo el ajo tierno que se cosecha en Xàtiva obtendrá el sello de calidad, ni mucho menos. La certificación obliga a extremar los controles fitosanitarios y de calidad: el producto ha de ajustarse a una serie de parámetros estrictos en materia de seguridad alimentaria. El costoso y laborioso proceso que implica este importante cambio de paradigma ha dividido a los productores, algunos de los cuales no están dispuestos por ahora a dar el salto y prefieren quedarse como están. De momento, solo 5 de los 8 integrantes de la asociación han decidido embarcarse en un proyecto que su presidente, Vicente Perucho, lleva fraguando durante más de dos décadas y que ahora comienza a cristalizar con el respaldo municipal.

Perucho considera que no hay tiempo que perder: marca un plazo de un año para que se desarrolle la primera producción bajo la marca de calidad, a partir de una nueva semilla autóctona que se ha sembrado en un campo de cinco hanegadas, a modo de prueba. «Esto no se puede eternizar: llevamos 300 años igual y hay que ir sin prisa pero sin pausa». La novedosa especie no solo ha de adaptarse al microclima y a las características del terreno, sino que ha de ser competitiva en los mercados externos y ofrecer una garantía de calidad diferenciada respecto a los otros ajos tiernos. Su sabor será intenso, tendrá un calibre más contundente del hasta ahora habitual y se cultivará exclusivamente con productos autorizados y en su mayoría ecológicos.

«Lo verdaderamente importante es la salud del consumidor: necesitamos dormir tranquilos y saber que estamos cuidando a quien nos compra», subraya Perucho. El veterano aller, en el sector desde 1982, ofrece sus instalaciones, unas fichas sanitarias ya autorizadas por la conselleria y un potente canal de venta como es Carrefour, superficie con la que lleva trabajando 18 años. El presidente de los allers confía en que la confluencia de una parte del sector en el sello de calidad permita ampliar el mercado, pero destaca que aún queda trabajo para que el producto llegue a la puerta de almacén «con las máximas condiciones de responsabilidad en cuanto al uso de fitosanitarios». Perucho opina que «el sistema de elaboración tradicional no es viable» hoy en día por las dificultades para cumplir la normativa y controlar los productos con los que entra en contacto la hortaliza en el proceso de elaboración.«No se trata de acabar con él, sino de dar tiempo a los demás productores para que vayan mejorando su elaboración» partiendo de la infraestructura ya existente, agrega.

De momento, el consistorio ha conseguido mejorar significativamente la calidad del riego de los cultivos, tras suprimir varios puntos de vertido de aguas negras a la acequia Murta que se localizaban en el núcleo urbano de Xàtiva. «El ajo tierno es el 90% agua. Ir a una agricultura ecológica es complicado, pero hemos de pensar en comenzar a caminar hacia ella partiendo de unas prácticas no agresivas y sostenibles que no envenenen al campo», enfatiza Perucho. En cualquier caso, el productor admite un «choque de trenes» entre quienes aceptan el nuevo modelo y quienes lo observan con reticencias. Por eso, pide «un pequeño esfuerzo» que considera que será beneficioso para el conjunto de los productores. «Todo el mundo tiene derecho trabajar y ganarse la vida, pero sin perjudicarse el uno al otro», observa a continuación.

Controles internos y externos

El reglamento de la certificación e calidad aprobada por la conselleria establece una serie de controles tanto internos como externos para garantizar la trazabilidad del producto final y el cumplimiento de los estándares de calidad y seguridad. El documento „que está en fase de alegaciones„ regula el envasado, el etiquetado, el engarbado, las dimensiones, el transporte y las instalaciones de tratamiento. La marca de calidad será gestionada por la asociación, con el acompañamiento de la Concejalía de Promoción Económica.