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La población extranjera retrocede otro 4% y encadena siete años en caída libre

Seis de cada diez municipios de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida pierden residentes foráneos, según la última estadística del INE

El padrón de habitantes de origen extranjero encadena siete años consecutivos en caída libre en la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida. Los últimos balances oficiales publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y por su homólogo valenciano (IVE) contabilizan 14.946 habitantes procedentes de otros países inscritos en las tres comarcas a 1 de enero de 2017: 651 menos que un año atrás. Las cifras dibujan un retroceso del 4%, idéntico porcentaje al que ya se registró en el ejercicio anterior.

38 de los 61 municipios del territorio perdieron vecinos foráneos. El descenso tuvo un mayor impacto en la Costera, con 320 empadronados menos, que en la Vall d'Albaida (207 menos) o la Canal (106 menos). La tendencia se inscribe en un contexto de imparable y generalizada sangría demográfica, marcada por el envejecimiento de la población y una natalidad por los suelos. En términos globales, las tres comarcas perdieron un millar de habitantes entre el inicio de 2016 y el de 2017. La cifra total de empadronados bajó un 1,4% en la Canal, un 0,6% en la Vall y un 0,3% en la Costera en este periodo.

En menos de una década, el peso de los residentes extranjeros en el padrón se ha desplomado 4 puntos en el territorio. En 2008, los inmigrantes representaban el 13% del censo, mientras que en 2017 ocupaban el 9,34%. Los hombres siguen siendo mayoría (7.721) frente a las mujeres (7.225).

A contracorriente, una veintena de poblaciones incrementaron su volumen de vecinos foráneos en el último registro. Es el caso de Xàtiva, con tres empadronados más, Albaida (10 más), Agullent (8 más), Aielo de Malferit, Bèlgida, Bellús, Bocairent o Vallada. La Pobla del Duc fue el municipio donde más creció el padrón de extranjeros, en 47 personas.

El doble de dominicanos

Las tres comarcas censan 11.828 ciudadanos comunitarios de países de la Unión Europea, 1.694 africanos, 1.063 americanos y 359 asiáticos. La comunidad más numerosa sigue siendo la búlgara y ha aumentado respecto al último balance: sus 5.305 empadronados representan el 35% del total de los migrantes. La población de origen rumano, en cambio, ha descendido en cerca de 300 habitantes, hasta los 3.780, mientras que hay 1.339 vecinos marroquíes, un 5% menos que en 2016. Británicos (944), ucranianos (396) y chinos (226) cierran la clasificación de las colonias más numerosas.

El INE, además, contabiliza medio centenar de bolivianos, 110 argentinos, 203 ecuatorianos, 48 paraguayos, 35 peruanos, 138 brasileños, 144 colombianos, 62 cubanos, 34 chilenos, 18 uruguayos, 29 venezolanos o 86 pakistaníes. 75 alemanes, 12 nigerianos, 232 argelinos, 65 rusos o 165 franceses. Una de las comunidades que más han crecido es la procedente de República Dominicana, que ha pasado de 23 residentes a 50 en un año (17 en Ontinyent y 13 en Xàtiva).

Es importante aclarar que, en determinados municipios, vienen registrándose en los últimos años grandes fluctuaciones en la cifra de extranjeros, que hay que coger con pinzas por los problemas con los que se topa la administración para determinar con precisión el número de vecinos foráneos, muchos de los cuales no actualizan sus datos en los registros. Es el caso de Canals, la localidad que más inmigrantes perdió en el último balance del INE (147) y la que más ganó en la estadística del año anterior, cuando el dato creció en 119 personas. Algo parecido pasa en Ontinyent. A principios de 2017, esta localiad había perdido 141 extranjeros. Sin embargo, las últimas cifras actualizadas por el ayuntamiento a fecha de 1 de enero de 2018, revelan que, en 2017, se registró el primer incremento de los últimos 8 años en el censo, tras crecer en 229 los extranjeros inscritos. Ontinyent acoge a 3.368 residentes foráneos. En 2010, eran 5.479.

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