Con esa torticera idea de tumbar las propuestas del adversario político, muchas veces por motivos electoralistas Y aunque beneficien a los vecinos, el PP de la Font de La Figuera ha impugnado en los tribunales la compra de unos terrenos para construir un Centro de Día, al parecer y según los populares «por falta de publicidad y transparencia». El consistorio desembolsó 75.000 euros, por algo más de 1.000 metros cuadrados, que compró al suegro del portavoz socialista. El arquitecto municipal tasó el valor de la parcela en 70.000 euros, según informaba este mismo periódico, en su edición del pasado día 21.
En mi modesta opinión, cuando se trata de proyectos sociales de esta envergadura, proyecto que cuenta con un presupuesto, financiado por la Generalitat Valenciana y la Diputación de Valencia, de 1,23 millones de euros, el más alto de los previstos en toda la provincia; los partidos, independientemente de la ideología de cada cual y de quien gobierne en ese momento en el ayuntamiento, me da igual si es la derecha o como en este caso Compromís, no deberían ponerse trabas ni zancadillas, ni uno ni otro, y remar en la misma dirección para sacar adelante, siempre que se ajusten a la legalidad, por supuesto, proyectos e inversiones, como es el caso que nos ocupa, que beneficien a los ciudadanos y en este caso, a un colectivo absolutamente desprotegido por los poderes públicos, como son las personas mayores dependientes, que son las que más se han resentido durante la crisis por los recortes sociales y que, por tanto, más ayuda y atención necesitan.
Esta cuestión nada baladí es una asignatura pendiente de todos los partidos políticos, que deberían pensar más en el bien común y menos en ellos mismos. Mejor nos iría a todos. Y mejor le iría a la Font de la Figuera, por supuesto.
