El conductor de una grúa de traslado de vehículos que falleció el pasado martes por la noche tras ser atropellado mientras efectuaba un servicio en la autovía A7 era un vecino de Xàtiva que ayer fue despedido entre grandes muestras de dolor por familiares, amigos y compañeros de trabajo.

El funeral de Rafael Benavent Pérez, de 55 años, se celebró en la parroquia de la Mercé de la capital de la Costera a las 12.30 horas. Su capilla ardiente se instaló en el tanatorio de Funeraria Cerdá.

Según informó el miércoles el Centro de Gestión de Tráfico, Benavent fue arrollado por un vehículo pesado cuyo conductor no habría podido esquivar al operario mientras trabajaba en la oscuridad de la noche, cuando intentaba recoger un coche averiado en la A-7, a la altura del término municipal de Gavarda, para retirarlo del arcén y trasladarlo al taller.

El accidente se produjo en torno a las 20.15 horas en el kilómetro 387 de la autovía A-7, en sentido hacia València. La violencia del impacto y la velocidad a la que circulaba el citado vehículo provocó la muerte casi instantánea del conductor de la grúa, un experimentado empleado que trabajaba para la empresa Talleres y Grúas Gironés, situada en el polígono la Vila de Xàtiva. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron de manera inmediata dos ambulancias para trasladar a la víctima y que fuera atendida de urgencia en el hospital Lluís Alcanyís, pero los equipos sanitarios nada pudieron hacer por salvar su vida.

El suceso causó una gran conmoción entre compañeros y familiares. Benavent estaba casado y había formado una familia.