El gobierno municipal de Xàtiva ha elaborado una ordenanza con la que pretende regular la organización y el funcionamiento de la Fira del Bestiar por primera vez en sus 768 años de historia. El texto, que se debatirá hoy en la Comisión Sociocultural, pretende ser una herramienta destinada a facilitar a los ganaderos e intermediarios las transacciones «con más agilidad, transparencia, comodidad y sin riesgo». Aspira también a garantizar el cumplimiento de la legislación vigente en materia de bienestar animal, así como el adecuado control sanitario de los animales y el correcto estado de las instalaciones del recinto. La exposición de ejemplares de carácter comercial y la subasta de ganado representan el germen (en virtud del privilegio otorgado por Jaume I en 1250) de la actual Fira d'Agost. Pero esta actividad, que ha sobrevivido hasta la actualidad de forma más o menos anárquica, ha decaído mucho con el tiempo y se ha convertido casi en residual, desplazada fuera del recorrido oficial.

La normativa endurece los requisitos de acceso (hasta ahora poco sistematizados) y establece que los responsables de la Fira (la organización se externaliza a una empresa) han de disponer obligatoriamente de un veterinario que asegurare la atención clínica del ganado que lo precise, a requerimiento de los propietarios y a sus expensas. El recinto no admitirá «animales enfermos o en mal estado sanitario» que no pasen la inspección a la que han de ser sometidos o no tengan la documentación en regla. El ganado deberá emplazarse en corrales habilitados y el número de ejemplares será «el adecuado para evitar su hacinamiento». Queda prohibido el amarre de los animales en los pasillos y en los muelles de carga y descarga. Las cuerdas de sujeción deberán colocarse «a una longitud que les permita tumbarse» y el uso del bastón «se limita a la conducción y orientación de los animales»: los golpes y los elementos acabados en punta tampoco están permitidos. La ordenanza también obliga a que los equinos sean abrevados antes de abandonar el recinto, así como a lavar y a desinfectar los vehículos que los transportan. La muerte de cualquier ejemplar en las instalaciones ha de ser puesta en conocimiento «inmediato» del personal responsable. La desinfección de los corrales tras la celebración es otra norma básica, a tiempo que se recomienda evitar la presencia de perros y gatos con presencia del ganado.

El apartado de infracciones contempla sanciones que pueden oscilar entre los 750 euros (las leves) hasta los 3.000 euros (las muy graves). En la franja más castigada se encuadran comportamientos como la perturbación «relevante» de la convivencia, el deterioro de espacios públicos o la falta de colaboración con las autoridades sanitarias. Se consideran faltas graves la «ofensa o maltrato a personas o bienes de la Fira», los daños a instalaciones y materiales, la realización de transacciones en lugares que incumplen la normativa o el maltrato a los animales.

Se extreman las precauciones

La ordenanza, que regula los derechos y deberes de los usuarios o la evacuación de residuos del recinto, advierte de que si se repara en la presencia de un animal enfermo o que no reúne las condiciones de bienestar animal para el transporte, el personal responsable municipal adoptará «las medidas cautelares necesarias», si bien los gastos ocasionados de poner al ejemplar en aislamiento y observación «correrán a cargo del dueño». Para participar, los usuarios de la Fira tienen que presentar la documentación reglamentaria en el Ayuntamiento de Xàtiva antes del 30 de junio. El personal responsable deberá estar acreditado mediante una tarjeta expuesta en lugar visible. La entrada de animales al recinto se efectuará el 13 de agosto horario y la salida, el 17.

El texto, que contiene 23 artículos, no hace referencia al tradicional concurso de Tiro y Arrastre, un evento que se celebra cada año en las instalaciones de la Fira del Bestiar y que el año pasado el partido Pacma denunció por «maltrato animal».