En los años 50 y 60, el electricista (el llumener, se le llamaba con toda lógica) era un profesional que generalmente iba por libre. Las pocas empresas del ramo eran pequeñas firmas familiares formadas por un padre y sus hijos o un par de socios con algún aprenent añadido, a lo sumo. A esa manera de trabajar estancada en el tiempo le dio completamente la vuelta Antonio Larás, fallecido ayer a los 80 años tras una larga enfermedad. Larás fundó en 1975 Coese, Cooperativa de Electricistas Setabenses, una empresa que llegó a tener 42 empleados en sus mejores tiempos y que se convirtió en un referente no sólo local y comarcal, ya que disponer de un equipo de electricistas de tal extensión y con una capacidad de reacción tan inmediata hizo de ella una firma indispensable tanto para los arreglos domésticos como para las grandes infraestructuras públicas, como la Fira. Hasta Iberdrola contaba con Coese allí donde su capacidad no podía llegar. La firma desapareció en 2013. Larás ya estaba desvinculado del negocio desde hacía casi diez años.

En enero de 2005, la patronal de Xàtiva, Adexa, presidida entonces por Francisco Pallás, otorgó a Larás la Insignia de Oro del colectivo como reconocimiento a su labor pionera y a su capacidad emprendedora. El premio coincidió con su jubilación como gerente, aunque continuó ligado a la empresa como socio fundador un tiempo.

Larás deja viuda, Lola Montell, persona de grandes inquietudes culturales y literarias, cofundadora del colectivo Camot y aficionada a la poesía; dos hijas, Loles y Cristina, y cuatro nietos. Cristina es hoy la gerente y administradora única de la empresa Costera Electricidad y Servicios Energéticos, que nada tiene que ver ya con Coese pero en la que ella vuelca su extenso conocimiento del sector. La misa funeral en memoria de Larás tendrá lugar hoy a las 11 de la mañana en la parroquia del Carmen de Xàtiva.

Gran patrocinador cultural

Antes de Coese, Larás había formado con un compañero de juventud una pequeña sociedad: Rodríguez y Larás. Tras el temprano fallecimiento del primero y seducido por la idea de crear una empresa de electricidad que diera respuesta a los nuevos retos de una sociedad cada vez más avanzada técnicamente, fundó con un grupo de socios Coese con una aportación inicial de 7.000 pesetas (42 euros) por cada uno de ellos. Era 1975. Coese ocuparía hasta bien entrados los años 90 un amplio espacio en la avenida de Selgas. El crecimiento de la cooperativa hizo que se trasladaran a los bajos del bloque de viviendas de Ausiàs March esquina con Duc de Calabria, desde donde se trasladaron de nuevo, esta vez al polígono. En sus años de bonanza, Coese fue un gran patrocinador de actividades culturales en Xàtiva.